Represión y despenalización: dos miradas a la lucha contra el narcotráfico en Panamá
Los efectos de las drogas y la posibilidad de legalizar o despenalizarla en Panamá fueron el tema de discusión en Radar
La legalización de la marihuana y otras drogas en Panamá, así como los efectos reales de la lucha contra el narcotráfico fueron discutidos este domingo por el panel de Radar.
El excanciller de la República y analista, Jorge Eduardo Ritter, enfatizó rápidamente la diferencia entre los términos ‘legalización’ y ‘despenalización’.
“Legalizar plenamente convertiría la droga en algo como el tabaco y el alcohol, permitiendo su venta y tráfico”, explicó Ritter.
El consenso entre los expertos fue centrarse no en la legalización, sino en la despenalización. En tratar a las personas adictas como enfermos, no como criminales. De esta forma manteniéndolos fuera del sistema penal y facilitándoles la ayuda que necesiten.
Para sorpresa de muchos, Panamá ya ha dado pasos hacia esto.
“Ya existe la despenalización de hecho. La Ley establece una sanción de 1 a 3 años (por posesión), pero se establecieron mecanismos para que en vez de ir a las cárceles, la persona recibiera un tratamiento de rehabilitación”, explicó el exfiscal de Drogas, Patricio Candanedo.
Para el doctor Pedro Vargas, se deben crear más centros para recuperar a quienes cayeron en problemas de adicción y reinsertarlos a la sociedad.
“No se debe castigar el consumo. El consumidor no es un delincuente, aunque a veces los adictos cometen delitos para conseguir la droga”, afirmó Vargas. “Hay que bajar la demanda. No se va a bajar con tanques y aviones, se va a bajar con educación”, enfatizó.
Educación y prevención fueron puntos recurrentes de la discusión. Sin embargo, detrás del consumo de drogas existe uno de los negocios más lucrativos de la humanidad: el narcotráfico. Cientos de países participan en una ‘guerra’ contra las drogas que parece nunca tener fin a pesar de décadas de lucha.
“No podemos decir que hemos fracasado”, enfatizó Oriel Óscar Ortega, subdirector del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront). “Hacemos acciones para neutralizar la droga que entra a nuestro país. Esta tiene un efecto multiplicador de crímenes violentos y otras acciones delictivas”, aseguró.
La droga que se cultiva en países sudamericanos como Perú y Colombia (donde la producción ha crecido exponencialmente), pasa por Panamá, corredor de los narcos, para llegar a sus destinatarios finales en Estados Unidos y Europa. Se estima que solo el 4% del total de droga que pasa por el país, permanece en suelo patrio. Sin embargo, organizaciones criminales locales operan en base a la economía del narcotráfico, sirviendo como puntos de enlace y distribución.
Y el negocio parece ser más lucrativo que nunca, expertos del panel apuntaron que los precios de compra se han reducido, indicando un aumento en la demanda, es decir más personas están comprando drogas en el mundo.
“No solamente está aumentando la producción, sino que también se están creando nuevas drogas”, advirtió Jaime Raúl Molina, abogado y miembro fundador de la Fundación Libertad. “Es una carrera en la que el aparato represivo del Estado siempre va a estar atrasado. No tiene ninguna perspectiva de ser ganada”, acotó.
Molina manifestó que las pandillas dedicadas al narcotráfico se han ido sofisticando con el paso del tiempo, consolidándose y expandiéndose a otros crímenes como los secuestros y asaltos.
Para Molina, la lucha contra el narcotráfico es como el mito de Sísifo, un hombre condenado a empujar una piedra loma arriba por toda la eternidad, solo para verla caer nuevamente. Donde se erradica un cartel, salen dos más para reemplazarlo.
Pero el exfiscal Candanedo mantuvo una postura más optimista, destacando la importancia de los decomisos de droga. “Por cada kilo, se producen 10,000 dosis que van a la calle. Cada kilo que decomisas, son 10,000 dosis menos que llegan a las personas”, declaró.
El estudiante de medicina, Jorge Luis Vanegas, destacó que los esfuerzos deben enfocarse a la rehabilitación. “Un adicto es una persona enferma, necesita ayuda de la sociedad”, recordó.
Los usuarios de las redes sociales aportaron a la discusión. Algunos de ellos señalaron que drogas como el tabaco y el alcohol son legales y socialmente aceptables. Hubo opiniones a favor y en contra de la legalización de drogas como la marihuana, una decisión que se ha tomado ya en varios países alrededor del mundo como Uruguay, Holanda y varios estados de Estados Unidos.
Los doctores del panel fueron categóricos en señalar que la marihuana no es una ‘droga blanca’ y que los efectos en el cerebro de una persona están clínicamente comprobados. Especialmente en el caso de jóvenes adolescentes el daño causado puede ser irreversible.
También se conversó del impacto económico de la legalización, ya que esta aumenta la recaudación de impuestos, gravando a los negocios que se dediquen a la venta regulada. En el caso de Portugal, país que despenalizó múltiples drogas, las estadísticas también han revelado una reducción en el número de encarcelamientos, muertes por sobredosis y transmisión del VIH.
Aunque Panamá esté lejos de lograr un consenso sobre una medida tan controversial, todos concordaron que ya debe dejar de ser tabú y formar parte de la discusión nacional.