La crisis del sistema de seguridad panameño en el radar

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Tras la salida de dos ministros, un diciembre y enero sangrientos, una masacre dentro de un centro penitenciario y la segunda fuga de cárceles panameñas de un peligroso homicida, ponemos bajo el Radar la crisis que enfrenta el sistema de seguridad en el país.

Un sistema corrupto

Una de las principales preocupaciones de los panelistas es la existencia de la corrupción dentro de la Fuerza Pública, problema que no se cura con simplemente cambiar las cabezas de las instituciones.

Sin embargo, la corrupción en el sistema no es un síntoma reciente. La periodista Castalia Pascual resaltó los fuertes cuestionamientos que se hicieron a la Policía y el Ministerio Público mientras se desarrollaba el caso de los asesinatos en La Chorrera hace una década.

“Aquí se obviaron y pasaron pasos; fue una investigación totalmente contaminada, donde desde el día uno se mencionó la posible participación de policías y aquí no pasó nada,” indicó Pascual. “Hubo silencio.”

El exdirector del Senafront, Frank Ábrego sostuvo que el primer paso para lidiar con la corrupción es no negándola. Agregó que hay que ver las condiciones de las personas que trabajan en el sistema, quienes muchas veces provienen del mismo entorno que los delincuentes, lo cual los expone tanto a corrupción como a amenazas contra ellos o sus familias.

El problema político

Varios panelistas advirtieron sobre la politización de la seguridad y cómo esto ha generado una gran improvisación.

Pascual utilizó como ejemplo el Sistema Integrado de Estadísticas Criminales y aseguró que está “lleno de gente frustrada,” ya que realizan importantes estudios e informes científicos y detallados sobre el comportamiento de la delincuencia en el país, pero al llegar esos informes a las manos de ministros, estos no desean reconocer las realidades que reflejan y hacen que estos nunca vean la luz pública.

Otra de las consecuencias de la inmersión de la política en la seguridad es la existencia de padrinos que evitan que se den los cambios necesarios y perjudican el sistema. Dentro de esta Pascual aseguró que “el crimen organizado ha puesto hasta candidatos a diputados”.

Esta semana también ha habido críticas por la designación de Sheyla Grajales como nueva Ministra de Gobierno. Rafael Mezquita, asesor del gobierno, defendió el nombramiento, asegurando que se respetó la alianza con el Molirena, agregando que necesitan sus votos para pasar leyes en la Asamblea.

Prevención

El investigador social Gilberto Toro considera que una de las mayores fallas del gobierno es que actúa de manera reactiva, en vez de preventiva.

Para que se haga ese cambio, se deben hacer políticas públicas dirigidas a disminuir o erradicar la pobreza y, particularmente, la desigualdad rampante que sufre el país, ya que son esas las oportunidades, en las cuales no existe igualdad de derechos ni justicia, que el crimen organizado aprovecha para reclutar.

“No hay que criminalizar la pobreza, pero cuando vemos la incertidumbre que aporta la inseguridad económica de una familia; la gente se atreve a lo que sea”, Gilberto Toro, investigador social

Toro agregó que muchas personas viven en “condiciones de estrategia de supervivencia,” y que “no se puede resocializar lo que no se ha socializado,” por lo que las instituciones deben ponerse los pantalones largos y llenar esos huecos.

La oportunidad

Si bien los panelistas estuvieron de acuerdo con que la situación es sumamente complicada y preocupante, coincidieron en que la crisis también es una gran oportunidad para el gobierno de hacer verdaderos cambios.

“Es el momento en que todos los integrantes de la Fuerza Pública, desde los más altos mandos hasta los aspirantes, tienen que deponer intereses personales y abocarse a hacer transformaciones profundas”, aseguró Francisco Troya, exdirector de la Policía Nacional.

Para Mezquita, es tiempo de que el Presidente dé un “golpe de timón” y tome decisiones importantes a lo interno de la Policía. Agregó que también se deben tomar medidas a nivel social para evitar que los jóvenes sean captados por las pandillas, particularmente en momentos en que el desempleo es más pronunciado.

“Si se hace la reforma estructural que requiere la Fuerza Pública, la mirada autocrítica y se revisan los orígenes de las raíces de la corrupción en los estamentos de seguridad, la salida de dos ministros será el inicio de la solución; si no, será solo una medida cosmética”, concluyó la periodista Sabrina Bacal.

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