Nadie puede ser papá y mamá a la vez
Los roles de padre y madre se viven no se sustituyen
Durante toda mi vida pensé que lo esencial en la vida era tener una madre, esa figura materna que te guiará y fuera ese lazo protector desde la concepción; es más siempre pensé que el padre era secundario, es decir un regalo extra para los hijos.
Yo creo que fue el hecho de que como crecí con una madre cumpliendo ambos roles en mi vida (papá y mamá), en mi mente siempre estuvo presente que esa era la figura a imitar, mujer luchadora, valiente, profesional, ejemplo de dama a seguir.
Actualmente me tocó formar un hogar donde ambas figuras estamos presente, tanto así que mi hija se expresa muy distinto comparándola conmigo cuando yo pase por esa edad, es decir mi hija habla de familia (papá, mamá e hija) en casa se comparte, se vive esa esencia de familia. Al salir juntos fuera de casa nos identificamos como tres, situación que no viví y por tal razón no la extrañe.
Escribo este artículo, porque es cierto que no se puede extrañar algo que nunca se ha tenido, si tu padre estuvo ausente desde el momento uno, que fue mi caso, para mí siempre fue normal ver a mi madre como la esencia de mi vida. Sin embargo no es el caso de amistades a las cuales veo separadas y que luego de tener una familia bien formada, pasan a tener un vínculo roto que termina en divorcio, afectando en gran medida a los hijos.
Aquí los sentimientos de nosotros los adultos, nuestras emociones; no deben interferir con nuestros hijos. Al punto que voy es que los problemas de pareja, de relación, no deben afectar la estabilidad mental, emocional y espiritual de tu hijo, ¡lo sé! Es duro y más para nosotras las mujeres que somos protectoras y celosas del hogar, ver nuestra familia separada es un golpe difícil de sobrellevar, nos duele tanto que hasta sin querer nos convertimos en las villanas de la historia, queriendo demostrar que somos autosuficientes y que nuestros hijos no necesitan de su padre.
Es más llegamos a ser tan egoístas que nos decimos a nosotras mismas “somos padre y madre” aquí yo soy las dos figuras, pues déjame decirte que estamos equivocadas, no podemos ser las dos cosas y más cuando se ha convivido bajo un mismo paraguas familiar, que trataste pero no funcionó, pero tu hijo tiene bien definido ambos roles de padre y madre, porque lo vivió, compartió y se desarrolló con ese patrón.
Como mujer, debemos actuar con sabiduría, sabemos que un divorcio afecta más a los hijos cuando ellos palpan la rivalidad, competencia, egoísmo de los padres, cuando nosotras queriendo castigar a nuestra pareja le privamos de la presencia del hijo, sin pensar que le estamos causando daño a veces irremediables al pequeño.
Recordemos que el diálogo, una comunicación directa con tu hijo, con tu pareja es lo esencial, nuevamente te lo recuerdo (un problema es uno solo, no debe crear más problemas, una situación no debe afectar a otra).
Más que un hogar íntegro, valorado en lo material, el niño busca tener una casa estable en el corazón de papá y mamá, donde el tiempo nunca acabe y donde jamás exista mudanzas, saber que ambos independientemente de una ruptura, están los dos para brindarle lo mejor de padre y madre, que se respetan los espacios y que no se compite para que una figura opaque a la otra, para los hijos es un amor igual ellos saben que no hay mejor regazo que el de mami y papi.