Cosca ¿la cereza del pastel?
En las aulas de la escuela de periodismo nos inculcaron que hay que ser objetivos e imparciales. Esta premisa aunque difícil de llevar, tiene gran valor en la actualidad.-
El caso en el que se involucra o menciona al padre David Cosca, ciertamente es una de muchas historias que involucran a la milenaria y conservadora Iglesia Católica.-
No se trata de creer o no, se trata del impacto, no sólo mediático, sino en la opinión pública, un hecho como este trasciende la fe, el país y sume a la Iglesia Católica en uno de los escándalos más agrios del actual siglo.-
Pero un caso como este, para muchos no es novedad, quizás no existan pruebas tan contundentes, pero en los sacristías y hasta en los seminarios era tema que se sabe, pero no se habla.-
Quizás una de las preguntas que debemos hacernos es ¿qué hacemos como sociedad con semejante tamal?, no sólo por las implicaciones judiciales o religiosas, sino porque es el reflejo de una realidad que ha sido tapada por siglos y que no hemos ni querido ni sabido afrontar.-
Ciertamente el cura párroco mencionado en el caso, debe gozar de todas las garantías que otorga la justicia, pero la sociedad si demanda de que no existan fueros ni privilegios por simplemente un cura reconocido.-
En mi entender, todo esto es un reflejo de una sociedad rota no sólo en sus valores, sino en sus creencias más profundas y que trasciende la fe o un poder superior.-
Jóvenes que irrumpen en el cine y generan caos, políticos que se asolean con campañas sucias e implicados en caso de alto perfil y corrupción sin sanción alguna, y ahora curas involucrados en hechos insospechados, es un pastel duro de digerir.-
Después nos preguntamos, por qué los ciudadanos actúan de tal o cual forma, o por qué los medios emiten o publican este tipo de informaciones, sin analizar que se consigna el reflejo de la sociedad en la que vivimos.-
Ojo, los escándalos con matices celestiales, no sólo son exclusivos de la Iglesia Católica, en Panamá otras congregaciones monoteístas también han estado salpicadas del pecado de la codicia, con un lastre de varios afectados, pero también han usado sus influencias para aplacar el escarnio ante la opinión publica.-
Sencillo, de esto debemos sacar la mejor de las lecciones, conocer además, más allá del tradicional morbo, todos los detalles del caso para aprender y decirles a las futuras generaciones que Dios es más que un dogma, la semana Santa y la Navidad, que lo importante es ser honestos y éticos ciudadanos.-
En el siglo 21 los seres que habitamos este contaminado y abusado planeta debemos lidiar con el día a día, y en medio de estos avatares nos sacuden estos casos que ponen en fuego cruzado la justicia, la ética y el ejercicio leal del periodismo y su principio de informar los hechos que trascienden la cotidianidad.-
Lo triste es que tanto en el cristianismo, en todas sus denominaciones; como en otras líneas monoteístas, se traiciona, no solamente la fe, sino la confianza de quienes agotados de sus preocupaciones, se refugian en sus templos y oraciones, apoyados de sus guías espirituales, de quienes se olvidan