Noticiero M.D.
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Han pasado diez años desde aquel trágico 23 de octubre de 2006, en el que se incendió el autobús 8B-06, "Mano de Piedra-Corredor", en La Cresta.
Los supervivientes y familiares guardan la esperanza de ganar la demanda internacional contra la empresa responsable de comercializar en Panamá el gas refrigerante HC-12A.
El abogado, Víctor Martínez, manifestó que no se investigó nada con respecto al gas. "Aquí, nada más, salieron sancionados el conductor y el propietario del bus", señaló el jurista.
Los afectados aseguran que no han recibido ayuda y una vez se realice la audiencia en Estados Unidos, exigirán la reapertura de las investigaciones en Panamá.
"Sabemos qué algo paso para que a nosotros no se nos diera justicia, para qué no se investigará a las personas que se tenían que investigar", expresó Noemí Castillo, familiar de las víctimas.
Esta trágica historia será contada en el libro "Crónica de una Tragedia Anunciada" y los fondos recaudados serán donados a la Asociación Panameña de Ayuda al Niño Quemado (Apaniquem).
"Lo que he perdido y lo que he ganado, mi ganancia tiene más peso. He aprendido a adaptarme, a quererme, aceptarme", manifestó Lidia Atencio, superviviente de la tragedia.
Un capítulo del libro está dedicado a los especialistas de la fundación, quienes por mucho tiempo ayudaron a los sobrevivientes a sanar sus quemaduras.
Con información de Jocelyn Mosquera.