El sistema de peajes del canal de Panamá: Entre la justicia comercial y la transparencia

Ciudad de Panamá, Panamá/En medio de las críticas del presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, quien ha cuestionado la equidad del sistema de tarifas del canal de Panamá, el presidente panameño José Raúl Mulino defendió el modelo tarifario del Canal, subrayando que las tarifas no son arbitrarias ni caprichosas, sino que se establecen de manera pública y mediante audiencias abiertas.

Según Mulino, el cálculo de estas tarifas toma en cuenta diversos factores, tales como el mercado, la competencia internacional, los costos operativos y la necesidad de mantener y modernizar la vía interoceánica.

Las declaraciones de Trump han generado debate sobre cómo las tarifas impuestas por el Canal afectan tanto a la Armada de los Estados Unidos como al comercio internacional en general. Sin embargo, según un análisis de Alfonso Grimaldo, periodista de Nueva Nación, el proceso de fijación de tarifas es mucho más complejo y técnico de lo que podría parecer a simple vista.

El Canal de Panamá, un pilar del comercio global, ha establecido un sistema de tarifas que toma en cuenta múltiples variables, cuyo objetivo es reflejar de manera justa los costos asociados con el tránsito de las embarcaciones a través de sus esclusas. El volumen de carga, el tipo de barco y los costos asociados al tránsito son algunos de los factores que influyen directamente en los peajes.

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Uno de los aspectos clave en el cálculo de estas tarifas es el arqueo, una medida universal utilizada para determinar el tamaño de un barco en términos de su capacidad de carga. El canal de Panamá utiliza un sistema de arqueo para clasificar las naves, y a partir de ahí, se aplica una fórmula que ajusta el precio del peaje en función del tipo de barco y de los recursos adicionales que requiera para cruzar, como remolcadores, locomotoras o pilotos.

Para afinar el precio de los peajes, se consideran varios factores técnicos, como el tipo de esclusa que utilizará el barco, las unidades de arqueo y si la nave está llena o vacía. Además, el costo del peaje puede verse influido por los servicios adicionales necesarios para facilitar el tránsito, tales como los remolcadores que ayudan a los barcos a maniobrar en las esclusas, las locomotoras que guían las embarcaciones a lo largo de su travesía o incluso los inspectores que supervisan el proceso.

La fórmula utilizada para calcular el precio de los peajes, asegura Mulino, está disponible públicamente y cualquier ajuste se realiza a través de un proceso de consulta con los clientes del Canal. Esto permite una mayor transparencia y justificación en los cambios que se implementan, asegurando que los intereses de las partes involucradas, como los operadores navieros y las autoridades panameñas, sean considerados de manera equilibrada.

Diferenciación por tipo de barco

La estructura tarifaria del Canal también tiene en cuenta el tipo de embarcación que transita. No todos los barcos pagan lo mismo, ya que existen tarifas diferenciadas para distintos tipos de naves. Los cruceros, los portacontenedores y los barcos petroleros, por ejemplo, tienen tarifas fijas que varían dependiendo de su tamaño y el tipo de carga que transporten.

Un dato interesante es que los barcos que transportan productos químicos suelen enfrentar tarifas más altas que los cruceros. Además, existe un cargo adicional por la reserva de cupo de tránsito. Este cargo está diseñado para garantizar que las embarcaciones que reservan espacio en el Canal no cancelen su tránsito con poca antelación, lo que podría alterar la planificación y logística de la vía interoceánica.

Este mecanismo es crucial para mantener la capacidad operativa del Canal, que actualmente puede recibir alrededor de 35 barcos diarios.

Un modelo basado en la transparencia

A pesar de las críticas y la complejidad del sistema de tarifas, el presidente Mulino ha reafirmado que todo el proceso de fijación de los peajes se realiza de manera abierta y transparente. Cada vez que se proponen cambios, el Canal consulta a sus usuarios y justifica las razones detrás de cualquier ajuste en los costos.

Este enfoque, según Mulino, es clave para garantizar que las tarifas sean justas y razonables, y para asegurar que el Canal de Panamá siga siendo una infraestructura estratégica y rentable a nivel global.

Con información de Elizabeth González