OMS se propone eliminar la tuberculosis
La Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó, junto con la European Respiratory Society (ERS), un nuevo marco para eliminar la tuberculosis en aquellos países en los que la enfermedad tiene una baja incidencia.
La OMS se marca el objetivo de eliminar la tuberculosis en más de 30 países
En la actualidad hay 33 países y territorios con menos de 100 casos de tuberculosis por millón de habitantes. Siete de esos países y territorios están en la región de las Américas: Bahamas, Canadá, Costa Rica, Cuba, Estados Unidos de América, Jamaica, y Puerto Rico.
En el marco para eliminar la tuberculosis, se define una fase inicial de “pre-eliminación” con el objetivo de reducir los casos nuevos de tuberculosis a menos de 10 por millón de habitantes por año en esos países para 2035. Posteriormente, para 2050, se plantea conseguir la eliminación completa de la tuberculosis, situación que se define como una incidencia de menos de 1 caso por millón de habitantes por año.
A pesar de que la tuberculosis es prevenible y curable, en esos 33 países y territorios, 155 mil personas siguen contrayendo la enfermedad cada año y 10 mil mueren por su causa. Millones de personas se infectan y corren el riesgo de enfermar.
El marco propuesto se inspira en planteamientos que ya han demostrado arrojar excelentes resultados. Se ha elaborado en colaboración con expertos de países con una carga débil de la enfermedad y supone una adaptación de la nueva estrategia mundial de la OMS contra la tuberculosis 2016-2035, aprobada por la Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2014. Los representantes de los países se reunieron para debatir el marco y su aplicación en una reunión organizada conjuntamente por la OMS y la ERS en Roma, con la colaboración del Ministerio de Salud de Italia.
Italia es precisamente uno de los 21 países europeos a los que va dirigido el marco. Entre los 33 países, territorios y zonas se incluyen también siete de las Américas, tres del Mediterráneo Oriental y dos del Pacífico Occidental.
Los países son conscientes de la necesidad común de dar un impulso a los esfuerzos por eliminar la tuberculosis como problema de salud pública e impedir que resurja. En muchos de esos países, al reducirse los índices de tuberculosis la atención a esta amenaza para la salud pública ha menguado, lo que podría suponer un debilitamiento de la capacidad de respuesta.