El Ébola más temible
El brote de Ébola que afecta a África Occidental avanza peligrosamente. La epidemia, que ya se considera la más grave de la historia y mantiene en vilo a Guinea, Liberia y Sierra Leona, amenaza con seguir cruzando fronteras y 'colonizando' países. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de pedir a los limítrofes Mali, Senegal, Guinea Bissau y Costa de Marfil "que se preparan para la posible llegada de viajeros infectados".
Pese a los esfuerzos invertidos, desde que el virus apareció en la zona el pasado marzo, el número de casos no ha dejado de crecer. Las últimas estimaciones de la OMS hablan de 635 infecciones contabilizadas y 367 fallecimientos, unas cifras que superan las registradas en el primer brote de Ébola, que en 1976 causó estragos en África central.
La enfermedad hemorrágica, que puede causar la muerte hasta en el 90% de los infectados, "se está transmitiendo tanto en las comunidades como en los centros sanitarios y ha aparecido en ciudades, zonas rurales y áreas fronterizas", ha señalado la agencia de la ONU, que subraya que, "en número de casos, muertes y distribución geográfica", el actual brote no tiene parangón.
Para tratar de controlar "el desafío" que supone el brote, la OMS ha organizado un encuentro en Accra (Ghana) para los próximos 2 y 3 de julio en el que los ministros de Sanidad de 11 países del entorno, junto con ONG y organismos sanitarios internacionales, "discutirán la mejor forma de afrontar la crisis de forma colectiva", así como un plan de respuesta efectivo.
Médicos sin Fronteras es la única ONG que, desde que se detectaron los primeros casos en Guinea, trabaja sobre terreno. En este tiempo ha tratado a unos 470 pacientes (215 de ellos con infección confirmada), pero según señalan fuentes de la ONG en España, "los equipos han llegado al límite de su capacidad de respuesta".
Se han identificado casos "en más de 60 lugares diferentes de los tres países", lo que complica la atención y está dejando "fuera de control" la epidemia.
Según explica Médicos sin Fronteras, al ser la primera vez que el Ébola aparece en el África Occidental, "las comunidades locales están todavía muy asustadas por la enfermedad y ven a los centros de salud con desconfianza". Además, la falta de entendimiento sobre cómo se transmite el virus, ha provocado que muchas personas sigan teniendo comportamientos de riesgo, como continuar asistiendo a funerales en los que no se aplican las medidas de control adecuadas.
Principalmente, el virus se propaga por contacto estrecho con la sangre, secreciones, órganos u otros líquidos corporales de personas infectadas, si bien los enterramientos en los que se realiza algún tipo de contacto directo con cadáveres afectados también pueden contribuir a la transmisión.
Por el momento, la única manera de mantener la expansión del virus bajo control es la identificación temprana de los afectados, su aislamiento en unidades especializadas y la vigilancia epidemiológica activa de los contactos que hayan tenido en los últimos días esos casos.
La OMS, en colaboración con las autoridades locales, ha desplegado 150 equipos de expertos destinados a mejorar el control de la infección, la vigilancia y la mejora de las comunicaciones sobre la enfermedad, entre otras tareas. MSF, por su parte, cuenta en la actualidad con unos 300 trabajadores en la zona y ha construido varias unidades de aislamiento y atención en Guinea y Liberia (en Sierra Leona está en construcción). Sin embargo, reconoce estar teniendo "dificultades para responder a la gran cantidad de nuevos casos y nuevos focos", por lo que reclama un mayor esfuerzo internacional.
"La OMS, los países afectados y los estados fronterizos deben desplegar los recursos necesarios a una epidemia de esta magnitud", ha señalado Bart Janssens, director de Operaciones de MSF, quien ha advertido que ya no se trata de un problema localizado.
Esta misma semana, la Consejería de Sanidad de la Comunidad Valenciana activó el protocolo de seguridad previsto en España ante un posible caso que finalmente fue descartado.
Se trataba de un paciente de origen guineano que, en un vuelo procedente de Marruecos, había desarrollado síntomas compatibles con la enfermedad. Sin embargo, los análisis realizados en el Centro Nacional de Microbiología desestimaron la presencia del virus.
Según explica Fernando Simón, director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, "es la tercera vez que se activa el protocolo" en nuestro país ante una sospecha de Ébola, aunque en las dos ocasiones anteriores no hizo falta el análisis de muestras ya que "la investigación epidemiológica permitió descartar la infección".
El especialista subraya que "todas las Comunidades Autónomas tienen la capacidad para tomar correctamente a cargo un paciente con fiebre hemorrágica" y la tecnología disponible permite tener resultados de los análisis "en menos de 24 horas del inicio del procesado de las muestras". De todas formas, "dadas las implicaciones de un resultado erróneo, el proceso de diagnóstico y confirmación debe garantizar la máxima calidad y fiabilidad de los resultados, siendo esto más importante que una mayor velocidad en el diagnóstico", concluye.