Los ricos de China preparan sus bodas en Surcorea

Ap
24 2014 - 15:18

La novia y el novio se miran tiernamente a los ojos, iluminados por la luz que entra por la ventana del castillo francés, pero esta pareja de enamorados, provenientes de China, no está en Francia, sino en Corea del Sur, adonde han ido especialmente para tomarse los retratos antes de la boda.

Los novios, ambos de poco más de 20 años de edad y abogados radicados en Beijing, son parte de una creciente ola de chinos adinerados que admiran todo lo que sea surcoreano y que viajan especialmente allá para hacerse tomar las fotos de su gran día.

Un cuarto de todos los turistas que van a Corea del Sur provienen de China y un puñado de empresas dominan el sector de preparativos matrimoniales, que en total genera unos 15.000 millones de dólares anuales. Para los ricos de China, es un símbolo de status: gastar miles de dólares para viajar a Corea del Sur y hacerse allí su álbum de bodas.

Y la atracción no son los monumentos históricos ni la picante gastronomía, sino el sofisticado estilo urbano conocido como Gangnam, el elegante barrio de Seúl ahora hecho famoso por el video del rapero surcoreano PSY.

Todo lo que proviene de Corea del Sur, especialmente los productos de moda y cosméticos, son copiados y emulados por la clase adinerada de China.

"El estilo en Corea del Sur es más sofisticado que lo que tenemos en China. Vinimos porque Corea del Sur es el líder en cuanto a moda y cosméticos", dijo la novia, Yang Candi, mientras dos asistentes le arreglaban el cabello antes de la sesión fotográfica.

El Ministerio del Turismo de Corea del Sur estima que más de 2,5 millones de chinos han ido allá y han gastado unos 2.150 dólares por persona en 2012, más que cualquier otra nacionalidad. Ello ha impulsado a empresas como iWedding, la más grande de las surcoreanas que da servicios a novios provenientes de China.

Mensualmente durante más de un año, iWedding ha sido contratada en promedio por entre 50 y 60 parejas chinas, dijo la empresa. Otra empresa, Design Wedding, recientemente se asoció con una empresa china en Shanghai y ha sido contratada para retratar a decenas de parejas. Otra competidora, Chuka Club, dice que ha sido contratada por muchas parejas chinas a pesar de que no hace publicidad en cibersitios chinos como hacen las demás.

"Los chinos admiran a los surcoreanos por su cultura urbana, sofisticada, por su estilo y su belleza", opinó Song Sung-uk, profesor de cultura popular surcoreana en la Universidad Católica de Corea, en Seúl. "En vez de visitar monumentos antiguos o irse de compras, los chinos prefieren venir a Gangnam para ver los centros comerciales ultramodernos".

Song dijo que Corea del Sur, que a pesar de los estragos causados por la Guerra de Corea se ha convertido en la cuarta economía más grande de Asia, es el símbolo de la vida próspera a la que anhelan muchos chinos. La cultura popular surcoreana promueve en gran parte esa imagen.

"Siempre quise venir aquí, especialmente después de ver los programas de televisión surcoreanos", dijo el novio Chen Jingjing, su cara rebosante de maquillaje, listo para la sesión fotográfica.

La pareja aseguró tener altísimas expectativas de su visita y se confesaron emocionados por la idea de que tendrán una sesión fotográfica en la que podrán emular el acaudalado estilo de vida de sus ídolos surcoreanos. Además, ansían poder contarles a familiares y amigos de su aventura.

Tras casi tres horas de preparativos para perfeccionar sus peinados y maquillajes, Chen y Yang, vestidos de blanco, son llevados al estudio fotográfico donde estuvieron ocho horas posando ante paisajes pintados como palacios europeos.

Los paisajes son una de los elementos preferidos por los visitantes chinos y surcoreanos, al parecer debido a la popularidad de los vestidos de boda y los esmoquin al estilo occidental; muchas de las empresas hallaron que la vestimenta europea encajaba mejor en los retratos frente a paisajes al estilo europeo.

La sesión fotográfica fue dominada por el fotógrafo surcoreano que emitía instrucciones con gran entusiasmo, tratando de hallar las poses perfectas. Entretanto, diversos asistentes se apresuraban en ajustarle el cabello a Yang o quitarle el polvo al vestido de Chen, al tiempo que una melódica música surcoreana emanaba de los altoparlantes colgados del techo.

Las fotos terminan en un álbum con tapas de cuero y la pareja además recibe el transporte, el servicio de atentos escoltas y el pago de hotel, dice Yu Mi-ra, uno de los coordinadores de iWedding. El servicio en total cuesta entre 2.000 y 4.000 dólares.

Yu dijo que la razón por la que los chinos cosmopolitas viajan hasta Corea del Sur para tomarse sus fotos de boda es porque la calidad de fotografías y del maquillaje es mejor.

Pero ello no quiere decir que siempre se cumplen las expectativas.

Chen y Yang parecían complacidos con la atención - sonreían ante el fotógrafo y posaban como si fueran celebridades en la alfombra roja ante los flashes de los paparazzi - pero en medio de la sesión, Yang puso mala cara. No estaba contenta con los retratos.

"Se me ven muy salidos los pómulos", se quejó Yang al ver las fotos en la cámara digital. "Vinimos hasta Corea para lucirnos de lo mejor, pero estas fotos son muy simples, estoy un poco desencantada".

La asistente de Yang eventualmente la convence para que continúe la sesión de fotos, y ella nuevamente saca a relucir sus párpados y su enorme sonrisa. Al final del día, está por lo general complacida.

"Todos nos trataron muy bien, y seguramente están cansados también", comentó.

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