Excanciller de Panamá Janaina Tewaney aclara por qué no se otorgó el salvoconducto a Martinelli

El tema fue tratado con tanta delicadeza que logramos, a pesar de la divergencia entre ambos países, el endoso de Latinoamérica y el Caribe para la silla del Consejo de Seguridad, incluyendo el respaldo de Nicaragua. De esta forma logramos preservar el interés nacional”, asegura Tewaney.

Janaina Tewaney Mencomo, ministra de Relaciones Exteriores de Panamá
Janaina Tewaney Mencomo, exministra de Relaciones Exteriores de Panamá / TVN Noticias

La excanciller de Panamá, Janaina Isabel Tewaney Mencomo, rompió el silencio sobre la negativa del gobierno anterior de otorgar un salvoconducto al expresidente Ricardo Martinelli ante el asilo político aprobado por Nicaragua.

En medio de las expectativas sobre el futuro del exmandatario luego de que el gobierno de José Raúl Mulino otorgara dicho salvoconducto y ahora Nicaragua sea quien se niega a recibir a Martinelli, Tewaney Mencomo emitió un comunicado en la red social Instagram, en el que explica el porqué de su decisión en el 2024.

La excanciller indicó que cuando le correspondió asesorar en la toma de decisión al Presidente de la República, de otorgar o no el salvoconducto a Martinelli:

El 7 de febrero del 2024, de manera imprevista, la Cancillería de Panamá bajo mi dirección recibió una Nota Oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua en la que se comunicaba la decisión de su gobierno de otorgar asilo al expresidente Ricardo Martinelli, solicitando salvoconducto para abandonar el país. Desde ese momento las apuestas empezaron a rodar, y los tiempos mediáticos empezaron a correr, alimentando cada minuto de manera voraz las especulaciones”, señaló en el comunicado.

Continuó contando que deliberadamente iniciaron un “análisis técnico, frío y en derecho que merecía una situación tan compleja para el país”.

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Aseguró que también se analizó cómo esta decisión podría afectar la unidad latinoamericana en la futura candidatura de Panamá al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, por lo que procedieron a llevar a cabo las acciones necesarias para “subsanar un daño tentativo por medio de terceros países que intermediaron”.

El tema fue tratado con tanta delicadeza que logramos, a pesar de la divergencia entre ambos países, el endoso de Latinoamérica y el Caribe para la silla del Consejo de Seguridad, incluyendo el respaldo de Nicaragua. De esta forma logramos preservar el interés nacional”.

Además, evaluaron cómo la decisión, impactaría la relación del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), entendiendo que justo en ese momento el SICA atravesaba una de sus tantas crisis, crisis que no ha sido aún subsanada.

Recordó que, al mismo tiempo, expertos en Derecho Internacional en Panamá divergían en sus posiciones, unos a favor y otros en contra del salvoconducto, y confieso que personas respetables y con mucha trayectoria apoyaban distintas teorías. De un lado, quienes se oponían a que al expresidente Ricardo Martinelli se le otorgara el salvoconducto por ser considerado un delincuente común y no un perseguido político, otros diferían, alegando que la condición de asilo político la determinaba el Estado asilante, en este caso Nicaragua, y por ende correspondía el salvoconducto de manera inmediata.

Aseveró que, a pesar de las disyuntivas, la decisión tomada descansó en el artículo 1 de la Convención sobre asilo de 1928 y de la Convención sobre asilo político de 1933: "a los Estados no les es lícito dar asilo en legaciones, naves de guerra, campamentos o aeronaves militares a personas acusadas o condenadas por delitos comunes, ni a desertores de tierra y mar".

La decisión fue aplaudida por muchos, pero sobre todo por los detractores del expresidente, aunque enfatizo que la misma no fue tomada en la búsqueda de aplausos, sobre todo, cuando se entienden las ironías ya conocidas por el vaivén político en el que, más pronto que ligero, esos mismos que aplaudieron, se olvidaron de que la ley es dura, pero es la ley”, enfatiza Tewaney Mencomo.

Finalizó advirtiendo: Cuidado con convertirnos en uno de esos países donde sus actores se acomodan fácil, esos son los países que fácil conceden y fácil entregan, esos son los que fácil pierden soberanía, identidad y rumbo.

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