Reparación de calzados, un oficio que sobrevive como legado a otras generaciones
Día del Trabajador
Ciudad de Panamá, Panamá/En el antiguo corazón de la ciudad, Calidonia, la vieja práctica de la reparación de zapatos lucha por mantenerse viva. Entre remiendos y pegamentos encontramos a José Macías, un hombre de 45 años que aprendió el oficio de su padre, mismo que se ha ido legando en su familia generación tras generación.
Los Macías, una familia de cinco hermanos varones, y un negocio con más de 60 años, dando una nueva oportunidad a los zapatos, zapatillas y sandalias que sufren daños en su estructura, pero que en las zapaterías encuentran una segunda vida.
Don José contó a TVN Noticias que, cuando su padre aprendió sobre la elaboración y reparación de zapatos en el desaparecido Oficio Don Bosco, con eso sacó adelante a su familia.
Con el pasar de los años, tanto él como sus hermanos establecieron zapaterías en el centro de la ciudad, en San Miguelito, Colón y hasta en la ciudad de Santiago en Veraguas, con las que han podido educar a sus hijos, pero, también enseñarles el arte de la reparación de calzados.
Aseguró que, sus hermanos y él enseñan a sus hijos, buscando la forma de que ellos puedan aprender el oficio lo mejor posible.
“Somos una familia de zapateros. La familia Macías, mejor conocida como la familia Chebé. Aquí en Calidonia le pusimos zapatería Don Macías en honor al hombre que nos dejó el legado”, expresó.
El tiempo y la revolución industrial ha pasado factura a esta antigua profesión que parece menguar, y es que, la falta de materia prima y los altos costos dificultan la elaboración de zapatos y botas, por lo que se dedican más que todo a la reparación.
Esto ha obligado a don José a aprender otras labores, sin embargo, no olvida sus raíces y que la base de su familia que es la reparación del calzado.
“Con todo que mis hijas han ido a la universidad están aquí, aprendiendo el legado. Ellas pueden ser grandes profesionales, pero la base de la familia no debe perderse, con esto hemos vivido toda la vida, todo lo que tenemos es a base de la reparación de calzados”, exclamó.
La pandemia definitivamente trastocó todo en el devenir de la sociedad, y eso parece haberle hecho bien al oficio de la reparación de zapatos, pues, según dijo don José, ahora son más las personas que están mandando a reparar los calzados, lo que califica de positivo no por el negocio, sino porque las personas están aprendiendo a reutilizar.
Aseguró que, hoy día, la reparación de los calzados no es tarea fácil, pues ahora son hechos para no ser arreglados, sino para ser botados. Pero, como parte de los retos que les ha interpuesto la industrialización, ellos han buscado alternativas para poderlos reparar, y hasta modifican el modelo para que duren mucho más.
“Hemos tenido que ingeniárnosla, hacer las cosas mejores y bueno, hemos sobrevivido, hemos sobrevivido”,
En la zapatería Don Macías en Calidonia, no solo encontramos viejos zapatos esperando ser reparados. También antiguas máquinas que han sido las compañeras de mil y una remendada de los Macías y quienes laboran en el taller.
Como la máquina remendadora 29k71, que tiene más de 60 años funcionando a la perfección, y aunque ya no se le exige tanto como antes, cada vez que es puesta a andar responde.
También una modelo 8br Bertollaya, que se usa para coser las suelas y que, según lo dicho por don José, otros zapateros del sector llegan hasta allí para dar ese toque final a los calzados que reparan, y es que es la única máquina de este modelo en el país.
La zapatería, sin duda una de las loables profesiones que sigue sobreviviendo a la modernización e industrialización, y que se sigue legando entre quienes han nacido y crecido en estos talleres.