Relatos de angustia y penurias de migrantes se siguen dando en la selva de Darién

Historias de terror siguen sucediendo en la espesa selva de Darién y sus principales actores son los migrantes, en su mayoría, jóvenes que se han dejado incitar por el contenido de otros que han hecho la travesía y que han publicado en redes sociales como si se tratase de turismo de aventura, pero al llegar se enfrentan con la verdadera realidad.

Así describe el panorama, Elvy Monzat Novo, secretario ejecutivo de la Red Clamor, Red Latinoamericana y caribeña, de la Iglesia Católica, para temas de migración desplazamiento y trata de personas, quien además contó que hasta hace poco una de las fundaciones que forman parte de esta red atendió a una pareja, cuyo hijo de 8 años murió asesinado realizando esta travesía y no tuvieron otra opción que dejar su cadáver y continuar.

“Salieron de su país sobre todo en darle una mejor vida a su hijo y lo que encontraron fue la muerte” lamentó.

Por otro lado, asegura, existe un gran subregistro de personas que entran por el lado colombiano, no siendo la misma cantidad que sale hacia el lado panameño. También hay un gran número de desaparecidos, incluso ya existen agrupaciones de familiares de desaparecidos que se han unido para, de alguna forma lograr recuperar a sus parientes que entraron a la selva y nunca más se ha podido dar con su paradero.

Monzat Novo destacó en Mesa de Periodistas, que actualmente los migrantes se enfrentan a dos tapones, uno el de la selva de Darién y el otro, al tapón político que inició México, por acuerdos entre este país y Estados Unidos.

Adicionalmente, en torno al drama, hay grupos organizados que están lucrando del dolor y la vulnerabilidad de la gente, los llamados coyotes, traficantes de seres humanos, la trata de personas con fines de explotación sexual, con nuevos fines de esclavitud, traficantes de órganos y de niños y niñas no acompañados.