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Ciudad de Panamá/A tan solo semanas del inicio del nuevo año escolar, cientos de padres de familia siguen luchando por encontrar un cupo en un centro escolar donde sus hijos reciban una mejor educación.
En medio de esta crisis, la especialista en educación Adriana Angarita compartió su perspectiva sobre cómo mejorar el sistema educativo, más allá de la simple construcción de más escuelas. A través de un análisis detallado, Angarita destacó puntos clave que podrían transformar la situación actual.
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De acuerdo con Angarita, para muchos padres, la principal preocupación no es solo la infraestructura escolar, sino la calidad de la educación que reciben sus hijos, y es precisamente de eso de lo que carece el país, un sistema para conocer la calidad de las escuelas y poder premiarlas.
Según Angarita, la percepción general es que las escuelas de calidad son aquellas con una mejor gestión, no necesariamente las que tienen más recursos. "Lo que marca la diferencia en una escuela es cómo se gestiona, y no necesariamente la cantidad de recursos", afirmó la experta, subrayando que el rol del director y la gestión educativa son fundamentales en la calidad educativa.
Una de las principales preocupaciones de los padres es la falta de un sistema claro para medir la calidad de las escuelas. La experta acotó que en muchos países existen evaluaciones al final de la educación secundaria que permiten determinar qué instituciones están produciendo mejores resultados.
"No tenemos pruebas al final del bachillerato que nos permitan medir qué escuelas lo están haciendo mejor", comentó Angarita, y añadió que esta falta de datos limita la posibilidad de premiar a las buenas escuelas y fomentar la competencia para mejorar.
En cuanto a la distribución de los estudiantes, Angarita hizo hincapié en la necesidad de un sistema de datos robusto que permita asignar a los estudiantes a las mejores escuelas disponibles según su ubicación y características.
Esta falta de información, insistió Angarita, provoca situaciones absurdas como niños que deben tomar varios buses o recorrer largas distancias para acceder a una escuela de calidad.
¿Es posible un cambio de modelo?
Ante este escenario, la especialista sugirió la necesidad de explorar otros modelos educativos. En particular, destacó la importancia de un sistema mixto público-privado, donde el Estado pueda utilizar recursos para financiar escuelas privadas de calidad. "La gestión de las escuelas privadas ha demostrado ser exitosa, como se vio en los resultados de la Universidad de Panamá, donde la mayoría de los estudiantes que lograron ingresar provenían de colegios privados", explicó.
Este modelo, según Angarita, permitiría ofrecer más opciones a los padres y mejorar la calidad de la educación sin depender exclusivamente de la infraestructura pública.
Además, apuntó que una colaboración público-privada podría ser crucial para solucionar la crisis educativa que atraviesa el país. "Si tenemos la capacidad de llenar las escuelas públicas, ¿por qué no podemos financiar a los estudiantes para que asistan a las escuelas privadas? El foco debe ser el estudiante", expresó Angarita.
Incorporación de la tecnología en el sistema educativo
Uno de los temas que también abordó fue el uso de la tecnología en la educación. Aunque se ha avanzado en la implementación de Internet en las escuelas, Angarita consideró que continuar invirtiendo en infraestructura física, sin un plan claro de cómo usar la tecnología, es un error. "Lo que necesitamos es un plan para el uso de ese Internet, con formación adecuada para docentes y con indicadores de resultados que aseguren el éxito de la inversión", subrayó.
Angarita propuso incluso explorar opciones como la educación híbrida, donde los estudiantes puedan tomar ciertas clases en casa a través de la tecnología, aliviando las cargas de transporte y mejorando la flexibilidad del sistema educativo.