El reto de Paul Wallace, nuevo director general de Panama Ports
“Se han registrado 80 naves menos que en enero, y ahora también sucede que las naves de mayor tamaño vienen, pero en menor número”.
Así ha descrito el nuevo director general de Panama Ports, Paul Wallace, la situación del negocio portuario panameño, el cual representa un reto para él en su nueva función como CEO de esta compañía.
“La ampliación del Canal es una obra de ingeniería magnífica, pero se advierte de un decrecimiento del comercio mundial y Panamá tiene algunos temas que observar”, dijo.
En una entrevista con TVN Noticias el ejecutivo de Panama Ports aseguró que, por ejemplo, la decisión de la Autoridad del Canal de emprender la construcción de un megapuerto en el pacífico “no es buena para Panamá cuando el negocio está flojo”.
“No es bueno ni para Panamá, ni Panama Ports ni PSA, ni para ningún operador que entre porque el negocio baja por el exceso de capacidad”, sostiene.
A su juicio, “introducir capacidad portuaria en este momento causaría problemas especialmente si tenemos dos puertos con baja utilización”.
Sin embargo, la ACP ha decidido emprender el proyecto en Corozal, considerando que la ampliación ha dejado de manifiesto la necesidad de un nuevo puerto para competir con los vecinos colombianos y con los del resto de la región, que aprovechan el tráfico adicional que genera la vía acuática.
“Tenemos carga que no se detiene en los puertos panameños y debemos ver hacia el futuro. Tenemos que lograr que Panamá le agregue valor a la carga y para eso tenemos que ver nuestra capacidad logística: es importante ver cómo podemos ofrecer servicios como los de semifábricación, embalajes, gestionar inventarios y almacenajes de bienes”, sostuvo.
Wallace también ha pasado muy por encima de las críticas porque en 20 años Panama Ports no pagaba dividendos al Estado, que posee el 10% de las acciones.
“Los dividendos no han sido pagados a ninguno de los accionistas y en ese tiempo hemos visto el valor capital de los activos (de la empresa) aumentar”, insistió el Ejecutivo. En lugar de pagarle a los socios sus ganancias, el puerto ha reinvertido el dinero: $1,400 millones. “Cada grúa de muelle cuesta más de $10 millones”, explica.
Pero ha hecho la salvedad de que han pagado al Gobierno por cada contenedor movido, han pagado $90 millones en salarios, $20 millones en seguro social y $1 millón a contratistas por año.