Panamá preparará el "Informe de la Verdad" sobre invasión de 1989 por EEUU
Un "Informe de la Verdad" será publicado por Panamá sobre los caídos en la invasión estadounidense del 20 de diciembre de 1989 que derrocó la dictadura que sojuzgó a los panameños por 21 años, informó hoy la vicepresidenta y canciller panameña, Isabel De Saint Malo de Alvarado.
La diplomática presidió hoy la comitiva oficial que acompañó a los familiares de los caídos en el cementerio Jardín de Paz, donde están enterrados decenas de panameños, militares y civiles, muertos en la acción militar estadounidense.
La ceremonia transcurrió con el disparo de salva de la guardia de honor, la colocación de una ofrenda floral por De Saint Malo y las palabras de reflexión del obispo auxiliar Uriah McLean, al iniciar los actos de reconocimiento.
De Saint Malo dijo a los periodistas que el gobierno formará una comisión especial independiente que ejecutará la "hoja de ruta" sobre la investigación de la invasión, definida por los familiares de las víctimas en conjunto con expertos en derechos humanos.
La elaboración de un "Informe de la Verdad" es una de las principales tareas, aunque la vicepresidenta no precisó en cuanto tiempo se hará.
"La determinación de la identidad de las víctimas, recomendación de propuestas de reparación, evaluación de la instalación de monumentos conmemorativos, estudios para una eventual propuesta curricular sobre los hechos del 20 de diciembre, investigación y documentación de la existencia de posibles fosas", comprenderá la investigación, precisó De Saint Malo.
"Ya hemos iniciado con las gestiones para reparar las lápidas existentes y comprar para quienes no lo tienen", acotó.
De Saint Malo acompañó a los familiares de los caídos en la invasión estadounidense que expulsó y capturó al exdictador Manuel Antonio Noriega, un exgeneral que luego de cumplir más de 20 años de cárcel en EE.UU. y Francia por narcotráfico y blanqueo de dinero, desde hace tres años paga en una prisión en Panamá condenas de hasta seis décadas por varios delitos.
La dirigente de los familiares de los caídos en la invasión Trinidad Ayola, viuda de un oficial de las extintas Fuerzas de Defensa que le hizo frente al ataque estadounidense, instó al gobierno decretar Día de Duelo Nacional el 20 de diciembre, una petición que se repite desde 1990.
El gobierno del presidente Juan Carlos Varela, iniciado en julio de 2014, ha sido desde ese año el primero en rendir homenaje oficial a las víctimas de la invasión y encargó a De Saint Malo gestionar la "preservación de la memoria histórica sobre lo acontecido el 20 de diciembre, para lograr así la merecida reconciliación nacional".
Luego de los actos en el camposanto, los familiares encabezan una "Marcha Negra" desde el paseo de la bahía de Panamá hasta el monumento levantado en el barrio de El Chorrillo en honor a los caídos, por ser el lugar en donde se registraron más muertos por el bombardeo para reducir a escombros el cuartel general de las Fuerzas de Defensa de Noriega.
Paralelamente, una comitiva del izquierdista Frente Nacional por la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales (Frenadeso) realizó una marcha de protesta hasta la sede de la embajada de Estados Unidos en Panamá, ubicada en la periferia noreste de la capital, para repudiar la acción militar.
La iglesia católica también dijo hoy que la historia de la invasión estadounidense a Panamá del 20 de diciembre de 1989 debe ser contada y enseñada "libre de sesgos y acomodamientos ideológicos", según el semanario Panorama Católico.
"Hoy al cumplirse 26 años del fatídico acontecimiento, los recuerdos siguen frescos en Panamá, y aún quedan tareas pendientes por cumplir. Una deuda social que, en justicia, debe saldarse", sostiene en su editorial el portavoz de la iglesia católica panameña.
La iglesia católica fue una de las pocas instituciones que hizo un recuento extraoficial del número de víctimas mortales dejadas por la acción unilateral estadounidense que derrocó a la dictadura panameña que sojuzgó este país entre 1968 y 1989, con un saldo aún no oficializado de entre 500 y 5.000 fallecidos.
"Mucho sufrió el pueblo antes, durante y después de la invasión decretada por los Estados Unidos, que cobró cientos" de vidas y "daños materiales multimillonarios, aquel 20 de diciembre de 1989", apunta la institución.
"La historia es una gran maestra y trasmitirla a nuestros hijos y nietos es responsabilidad de los mayores, para que aprendamos las lecciones de lo que nunca debió ser, qué no se debe olvidar y así no cometer los mismos errores", sentencia.