Panamá, invadido por Bush en 1989, lamenta la muerte del expresidente de EEUU
El gobierno panameño expresó este sábado sus más "profundas condolencias" por la muerte del expresidente de Estados Unidos, George H.W. Bush, quien ordenó la invasión estadounidense a Panamá en 1989 para capturar al exdictador Manuel Antonio Noriega.
Panamá "expresa sus profundas condolencias a la familia Bush, al Gobierno de los Estados Unidos de América, así como a su población, por la desaparición física del expresidente George H. W. Bush", afirmó un breve comunicado de la cancillería panameña.
El gobierno panameño "transmite su más sentido pésame y comparte su anhelo de que la fortaleza que caracteriza a la familia Bush y al pueblo estadounidense permita superar este momento de dolor", concluye la nota.
Bush, quien gobernó Estados Unidos de 1989 a 1993 durante el final de la Guerra Fría y encabezó una coalición internacional que liberó a Kuwait tras la invasión iraquí en la primera guerra del Golfo, falleció el viernes por la noche a los 94 años.
El expresidente estadounidense también fue quien ordenó el 20 de diciembre de 1989 la invasión a Panamá bajo la operación "Causa Justa" para derrocar a Noriega, que era reclamado por un tribunal de Miami bajo cargos de narcotráfico.
Oficialmente, el número de muertos durante la invasión es de 500, aunque organizaciones de derechos humanos elevan la cifra a varios miles.
Noriega se entregó el 3 de enero de 1990 y posteriormente estuvo preso, hasta su muerte en 2017, en Estados Unidos, Francia y Panamá por narcotráfico, blanqueo de capitales y desaparición de opositores durante su régimen (1983-1989).
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) pidió a Estados Unidos recientemente resarcir a las víctimas de la invasión estadounidense por múltiples violaciones a los derechos humanos.
Ante esta petición, la Embajada de Estados Unidos lamentó "profundamente la pérdida de vidas civiles", pero justificó la invasión porque "derrocó al brutal dictador Manuel Noriega", lo que permitió a Panamá tener hoy "una de las democracias más robustas del continente".