Niña de dos años muere ahogada dentro de un pozo de agua en Bocas del Toro
Con esta ya son 18 las víctimas que han muerto por inmersión en lo que va del año en esta provincia.
Una niña de 2 años falleció al caer en un pozo de agua que se encontraba en la parte trasera de la vivienda donde residía con su madre. El hecho se registró en el sector de la comunidad 4 de abril en Changuinola, Bocas del Toro, De acuerdo con el testimonio de la madre, la tragedia se dio en momentos en que estaba preparando la cena cuando sin darse cuenta, la niña se salió de la casa y se fue al pozo. Cuando se percató, la encontró ahogada.
En su desesperación, la mujer la sacó rápidamente para darle los primeros auxilios, sin embargo, las maniobras fueron en vano, puesto que ya estaba sin signos vitales. Al lugar llegó la Policía Nacional, el Ministerio Público y Criminalística para hacer el levantamiento del cuerpo e iniciar las investigaciones correspondientes. Con esta ya son 18 las víctimas que han muerto por inmersión en lo que va del año en la provincia de Bocas del Toro.
No vigilar a los niños pequeños en áreas cercanas a ríos, pozos de agua y zonas de difícil acceso puede tener graves consecuencias, tanto en términos de seguridad física como de impacto emocional en las familias. Algunos de los riesgos y consecuencias de no estar pendiente en estas situaciones:
Riesgo de ahogamiento: Los niños pequeños no suelen tener habilidades suficientes para nadar o salvarse si caen en un cuerpo de agua. Incluso en aguas poco profundas, el riesgo de ahogamiento es alto, ya que en cuestión de segundos pueden inhalar agua y perder el conocimiento. El ahogamiento es una de las principales causas de muerte accidental en niños pequeños.
Accidentes y lesiones graves: En zonas de difícil acceso, como barrancos o áreas con terreno accidentado, los niños pueden tropezar, caer o quedar atrapados en lugares peligrosos. Una caída desde una altura considerable o sobre superficies rocosas puede provocar fracturas, heridas profundas y otras lesiones graves.
Exposición a enfermedades: En zonas de agua estancada o contaminada, los niños corren el riesgo de exponerse a bacterias, parásitos y otros agentes patógenos. El contacto con agua contaminada puede provocar enfermedades gastrointestinales, infecciones de la piel e incluso enfermedades más graves como la leptospirosis.
Dificultad para el rescate: En áreas remotas o de difícil acceso, el rescate de un niño en una situación de peligro puede complicarse. La falta de infraestructura o de personal capacitado cercano puede alargar el tiempo de respuesta en caso de una emergencia, lo cual puede agravar el riesgo de lesiones o ahogamiento.
Impacto emocional y psicológico: Las situaciones de riesgo o accidentes graves tienen consecuencias emocionales importantes tanto para los niños como para sus familias. Experimentar una situación traumática
Posibles responsabilidades legales: En muchos lugares, la falta de supervisión y la negligencia en el cuidado de niños pueden tener repercusiones legales para los adultos responsables, especialmente en caso de que el niño sufra un accidente.
Para prevenir estos riesgos, es esencial que los cuidadores tomen precauciones, como instalar barreras en los cuerpos de agua cercanos, limitar el acceso de los niños a áreas peligrosas y enseñarles, a medida que crezcan, sobre los peligros asociados a estos lugares. La vigilancia constante es clave para garantizar su seguridad y bienestar.