Miguel Sierra: El Santa Claus que rescata el espíritu navideño en Panamá

Ciudad de Panamá/Miguel Sierra, un hombre originario de Barranquilla, Colombia, se ha convertido en un personaje querido en Panamá al vestirse de Santa Claus durante la Navidad.

Sin embargo, su historia ha salido a la luz recientemente tras un lamentable episodio de bullying en el Metro de Panamá, que generó indignación en redes sociales. Más allá de este incidente, la vida de Miguel está marcada por resiliencia, amor a la Navidad y un deseo genuino de llevar alegría a los niños.

Tragedia que marcó su vida

Durante una entrevista en Noticias AM, Miguel Sierra relató el duro episodio que lo llevó a salir de su país natal. Como cocinero en las montañas de Boyacá, Miguel trabajaba en una mina donde, un día, la violencia de las autodefensas dejó una profunda herida en su vida: “Masacraron a 17 personas, entre ellas mi esposa y mis dos hijos. A mí me dieron machetazos, puñaladas y tiros en la espalda”.

Tras un año hospitalizado en Medellín y debido a amenazas, tuvo que dejar su país en busca de refugio. En 2005 llegó a Panamá, donde encontró un nuevo comienzo junto a una hermana que ya vivía aquí.

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Santa Claus lleno de alegría y esperanza

Miguel comenzó a vestirse de Santa Claus hace aproximadamente ocho años, impulsado por los comentarios de quienes notaban su parecido con el icónico personaje.

“La gente me decía: 'Santa se parece a ti'”, comentó Miguel con una sonrisa. Desde entonces, se dedica a rescatar el espíritu navideño, llevándole felicidad a los niños panameños.

“Yo perdí el derecho de ser abuelo, y en los niños veo un hijo, un nieto. Me divierto y me siento más feliz que ellos”, confesó. Aunque su barba es natural, Miguel reconoce que mantenerla ha sido un reto. “Es una barba de 7 u 8 años, porque mi pelo es escaso, pero es parte de mi forma de vida”, explicó.

Incidente en el Metro de Panamá

La historia de Miguel tomó relevancia pública cuando un video suyo se viralizó en redes sociales. En él, se observa a Miguel siendo víctima de burlas y comentarios ofensivos por parte de personas en estado de embriaguez.

“Decían que era muy viejo para vestirme de Santa y que engañaba a la gente”, relató Miguel. Aunque muchas personas se indignaron al ver lo sucedido, Miguel mantuvo la calma y optó por bajarse del metro para evitar mayores problemas. “Soy una persona tranquila y paciente. Los únicos que me defendieron fueron unos niños”, destacó.

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El incidente ha generado reflexiones sobre el respeto y la empatía hacia las personas que, como Miguel, buscan brindar alegría y esperanza a los demás.

Para Miguel Sierra, vestirse de Santa Claus no solo es una tradición, sino también una manera de encontrar paz y alegría en medio de su propia historia de dolor. Cada diciembre, Miguel espera con ansias la Navidad, una época que le permite reconectar con su niño interior y llevar sonrisas a quienes más lo necesitan.

Con información de Fabio Caballero