Más de 40 mil Mipymes en Panamá no sobrevivirán a la pandemia
Los efectos de la pandemia generada por la COVID-19 siguen impactando las finanzas y ante ese escenario, el presidente de la Unión Nacional de Pequeñas y Medianas Empresas, Franklin Martínez, manifestó que la reactivación económica no se dará como un suceso mágico, sino que supone un proceso en el que todas las actividades se van a ir desarrollando poco a poco.
En un estudio de impacto socioeconómico hecho por el gremio reveló que habían más de 40 mil empresas que no iban a sobrevivir a la pandemia, ahora se elabora una nueva fase de ese estudio en la que desafortunadamente, el número se ha incrementado.
Sin embargo, Martínez dice que no se trata solo de la cantidad de empresas, sino la incertidumbre, la falta de recursos para que las familias puedan tener sustento diario y la manera en la que se están incrementando los niveles de agresividad en la sociedad, preocupa mucho.
Se trata de un tema integral, donde el gobierno debe crear las condiciones necesarias para que podamos desarrollar nuestra actividad comercial”, expresa.
Han pedido que el Estado también los apoye con una acción regulada para que los arrendatarios de locales no tomen medidas de expulsión, ya que, en la actualidad, los dueños de plazas comerciales no están siendo solidarios.
En cuanto a las medidas de alivio que se han propuesto para el impulso de las Pymes, dice que a la fecha no se les ha informado específicamente cómo se va a hacer, ni cuáles son los requisitos necesarios para acceder a las ayudas económicas impulsadas por el presidente Laurentino Cortizo Cohen.
El sector de las Pymes espera por la entrega y desembolso de los 150 millones de dólares de préstamo que ha hecho el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y que se dividirá en 75 millones para la Micro, Pequeña y Mediana Empresa de Servicios y 75 millones de dólares para el sector agrícola.
Sostiene que la crisis es general y que todas las empresas e industrias están afectadas, pero aún así apuestan por que se desarrolle una reapertura gradual para llevar al país a un estado de normalidad.
La normalidad a la que se refiere Martínez, debe estar acompañada de una cultura que permita mantener a todas las personas cumpliendo los protocolos establecidos por las autoridades, para evitar que se genere un rebrote.