Frenan caravana de migrantes en la frontera de Panamá con Costa Rica
Los migrantes fueron detenidos en la vía Panamericana en Chiriquí por miembros de Servicio Nacional de Fronteras y Migración.

Chiriquí/En la frontera de Panamá con Costa Rica, un grupo de más de un centenar de migrantes irregulares, en su mayoría venezolanos, ha protagonizado un tenso intento de cruce.
Tras fracasar en su sueño de llegar a Estados Unidos, estas personas buscan retornar a sus países de origen, pero se han encontrado con un fuerte control de las autoridades panameñas.
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Intento de avance y bloqueo policial
En las últimas horas, unidades del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) y agentes de la Policía Nacional han intentado frenar el paso de este grupo de migrantes, quienes cruzaron la frontera de Panamá con Costa Rica y atravesaron el puesto de control de San Isidro, desafiando una barricada de seguridad. Sin embargo, unos kilómetros más adelante, fueron nuevamente detenidos por otro contingente policial.
Los migrantes han manifestado su intención de continuar su travesía a pie hacia sus países, pero las autoridades panameñas les han indicado que deben retornar a Costa Rica y seguir un flujo migratorio regulado.
La situación ha generado un impacto en el tráfico de la vía Interamericana, que se ha visto parcialmente paralizada debido a la presencia del grupo en la carretera.
El Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) hizo retornar a suelo costarricense a la caravana de migrantes que ingresó de manera no autorizada al país.
Tensión y reclamos de los migrantes
Las unidades de control de multitudes han analizado la situación y han identificado que la mayoría de los migrantes iniciaron su travesía desde la frontera panameña con la intención de seguir caminando hasta Sudamérica. Sin embargo, ante el bloqueo de las autoridades, la situación se ha vuelto tensa, registrándose empujones entre los agentes y los extranjeros.
Las autoridades panameñas han solicitado a los migrantes retornar en buses hacia el puesto de control en Costa Rica, donde se establecería un proceso de revisión antes de organizar su traslado.
Esto responde a acuerdos alcanzados entre los ministerios de seguridad de Panamá y Costa Rica, con el objetivo de coordinar un flujo controlado de retorno.
No obstante, los migrantes han expresado su desconfianza en estas medidas, asegurando que en anteriores ocasiones se les ha prometido ayuda y no se ha cumplido. Por ello, han decidido mantener su marcha por la vía Interamericana, con la esperanza de llegar hasta la selva del Darién, donde esperan recibir algún tipo de asistencia, ya sea aérea o marítima, para cruzar a Colombia y desde allí retornar a Venezuela.
A pesar de la fuerza con la que intentaron ingresar, fueron detenidos en el sector de Quebrada Grande, una zona con una notable presencia de unidades de control de multitudes.
Sin embargo, las autoridades panameñas, en colaboración con el Servicio Nacional de Fronteras, lograron llegar a un acuerdo con los migrantes, quienes finalmente aceptaron regresar a la zona fronteriza y continuar su camino hacia el territorio costarricense. Estos migrantes, provenientes de diversos países, compartieron que la política migratoria implementada por el gobierno de Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump destruyó sus sueños de alcanzar el "sueño americano".
El principal objetivo de este grupo es obtener los permisos necesarios para continuar su travesía, no solo a través de Panamá, sino también hacia Colombia, con la esperanza de llegar a Venezuela. A pesar de su determinación, muchos de ellos rechazan atravesar la peligrosa Selva del Darién, una de las rutas más temidas por su violencia y las constantes tragedias que ocurren en el camino. Según sus testimonios, los días que pasaron cruzando esa selva estuvieron marcados por escenas de muerte, dolor y violaciones, vivencias que no desean revivir.
Con información de Demetrio Ábrego