Panamá enfrenta crisis migratoria, mientras Centroamérica le da la espalda

¿Quién desea abandonar la tierra que lo vio nacer y dejar a un lado a sus amigos y familiares? La respuesta de muchos seguramente sería que nadie y es precisamente un dilema al que se enfrentan muchos migrantes en el mundo, cuando por situaciones de guerra o buscando una mejor calidad de vida, deciden abandonar su terruño.

Los migrantes al salir de sus casas e iniciar su periplo no solo deben enfrentar un camino incierto en busca de sus sueños, sino que están expuestos a peligros que incluso pueden hacerlos perder la vida en el trayecto en que buscan esa esperanza perdida.

En el caso de los migrantes cubanos, muchos iniciaron su travesía desde Ecuador, atravesando los peligros en tierra colombiana sumado al bloqueo natural de la selva del Darién, para finalmente llegar a territorio Costarricense, donde el camino termina, ya que Nicaragua se niega a darle el paso a los migrantes que buscan el sueño americano.

Este viernes 15 de abril, la situación se salió de control en la frontera tico panameña con cientos de migrantes africanos que fueron retenidos en Costa Rica y las autoridades de este hermano país pretendían hacerlos ingresar a territorio panameño. Situación que generó la oposición de las autoridades migratorias panameñas que desplegaron unidades de control de multitudes para evitar que los africanos ingresaran a tierras canaleras.

Los africanos provenientes de países como Nepal, Burkina Faso, Somalia, Malí y El Congo, sumado a los más de 2 mil cubanos que hay en la frontera de Paso Canoa se encuentran en una incertidumbre y son víctimas de una región centroamericana que no ha encontrado una solución integral a la crisis migratoria en la región.

Ante esta nueva crisis generada con los migrantes africanos, el director del Servicio Nacional de Migración, Javier Carrillo, reaccionó manifestando que “las devoluciones masivas pueden constituir violaciones a derechos humanos consagrados en derechos internacionales (…) Estas personas fueron llevadas a la frontera con Panamá sin ningún tipo de trámite migratorio y solamente fueron dejados del lado panameño”.

La Vicepresidenta y Ministra de Relaciones Exteriores, Isabel De Saint Malo de Alvarado hizo un llamado a buscar una solución más integral al problema. “No solo se trata de Panamá y Costa Rica, sino de todos los países involucrados”, manifestó.

Para la Ministra de Relaciones Exteriores, Panamá es un país que históricamente ha dado un trato correcto del derecho internacional y cumple con los convenios internacionales de dar el paso a aquellos migrantes que buscan un mejor futuro.

“Nosotros hacemos un llamado al resto de los países que hagan lo mismo. Esta situación en la cual se cierran fronteras y se cuarta esta posibilidad realmente contraviene el derecho internacional (…) También hago un llamado a que los migrantes reciban un trato digno”, aseguró De Saint Malo.