¿Qué es el 'método Takakura' y por qué está ganando terreno?

El Método Takakura es un tipo de compost que utiliza microorganismos que descomponen la basura orgánica en corto tiempo. Esta alternativa reduce la cantidad de desechos orgánicos que se producen en los hogares citadinos y en las labores que se realizan en el campo. Actualmente es una de las formas de compostaje más utilizadas en áreas citadinas para el manejo y uso correcto de los desechos.

Los huertos familiares han cobrado mucha importancia como una medida para garantizar la seguridad alimentaria no solo de las personas que viven el campo, sino también de aquellas que residen en las ciudades y sus periferias. Es por ello que, el Ministerio de Ambiente, Regional de Herrera, realizó un taller para elaborar abono orgánico tipo Takakura.

La actividad contó con la participación de estudiantes de la Universidad Santa María la Antigua(USMA), Universidad Tecnológica y del Centro Regional Universitario de Azuero, quienes aprendieron a elaborar el novedoso abono, destinado a la producción de parcelas que son utilizadas para cultivar hortalizas de subsistencia en su mayoría.

Rufino Rivera, Jefe de la Sección de Cultura Ambiental, indicó que es importante complementar la formación estudiantil con acciones que como futuros profesionales aporten a toda la comunidad.

Agregó que cuando una persona recurre a los abonos de origen biológico para alimentar a sus plantas, implementan el reciclaje en su hogar, ya que este tipo de abonos no generan residuos contaminantes ni en su producción ni en su uso y aportan materia orgánica al suelo mejorando su salud, estructura y capacidad de absorción.

“Considero valioso este nuevo conocimiento sobre abonos que no dañen el ambiente, y espero aprender con efectividad su proceso, para replicarlo en casa y en mi comunidad”, manifestó, Esperanza Rodríguez, estudiante del Centro Regional Universitario de Azuero.

¿Qué es y cómo se prepara el método Takakura?

El compostaje Takakura es un método fácil, rápido y barato, que elimina los problemas sanitarios y los malos olores, además consigue producir un fertilizante de alta calidad.

Se basa en preparar una “masa madre” compuesta por residuos fácilmente biodegradables como la cáscara y salvado de arroz, a los que se añade unos inoculantes caseros con microorganismos presentes en alimentos como el yogur, la leche, la cerveza, las peladuras de fruta, etc. Tras una etapa de precompostaje que incluye un incremento en la temperatura, este material se incorpora a los cajones, a los que se les irá incorporando residuos de comida bien troceados de forma diaria durante varios semanas o meses.