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Panamá/La llegada del secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, a Panamá ha generado un clima de expectativa y debate tanto en el ámbito diplomático como en el empresarial. Su visita ocurre en medio de crecientes tensiones, alimentadas por las declaraciones del presidente Donald Trump sobre la influencia china en el Canal de Panamá y sus recientes afirmaciones de que Estados Unidos debería recuperar la vía interoceánica.
Las declaraciones de Trump, difundidas a través de Truth Social en diciembre pasado, incluyeron críticas a las tarifas del Canal y acusaciones de que China controla la vía interoceánica, insinuando que su país debería recuperarla. El 20 de enero, durante su discurso de investidura, volvió a repetir esta afirmación, avivando aún más el debate.
Ante esto, el presidente panameño, José Raúl Mulino, ha respondido con firmeza en varias ocasiones, negando las afirmaciones de Trump y dejando claro que el Canal es y seguirá siendo panameño. Este mensaje se reiteró con más fuerza durante la celebración de los 25 años de administración panameña del Canal, el pasado 31 de diciembre de 2024, un evento que recordó la histórica reversión del 1999, tal como lo establecían los Tratados Torrijos-Carter de 1977.
Mientras tanto, Rubio afina su agenda en un Panamá que, lejos de mostrar indiferencia, ha reaccionado con un inusual despliegue de banderas nacionales. Las calles, edificios gubernamentales e instituciones lucen el tricolor panameño, evocando el fervor patrio que suele verse en noviembre, durante las fiestas patrias.
Para muchos, esta manifestación es una respuesta simbólica a las insinuaciones de Trump sobre una posible intervención en el Canal, pues las banderas están en las principales vías que Rubio recorrerá durante su visita
La llegada de Rubio también coincide con la reciente sesión del Comité de Comercio del Senado de EE.UU., donde legisladores discutieron, sin mucho conocimiento, sobre los supuestos riesgos de la influencia china en el canal de Panamá. Sin embargo, analistas políticos han señalado que estas discusiones suelen usarse con fines políticos internos en EE.UU., y que dicha sesión no tiene carácter vinculante a ninguna decisión que Panamá deba obedecer.
Para anticipar los temas de conversación y garantizar que el encuentro con Rubio se lleve a cabo en un marco de respeto mutuo, el viceministro de Relaciones Exteriores, Carlos Ruiz-Hernández, sostuvo una reunión con altos funcionarios del Departamento de Estado de EE.UU..
Según información trascendida, los resultados de este encuentro fueron positivos y sentaron las bases para abordar los temas clave que estarán sobre la mesa, incluyendo comercio, seguridad e inversiones.
Uno de los sectores más atentos a la visita es el empresarial. La Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá ha instado al gobierno a fortalecer la relación con EE.UU., pero sin comprometer la soberanía nacional.
"La relación comercial con EE.UU. es clave para Panamá, pero es importante que cualquier conversación se base en el respeto a nuestra autonomía", declaró Juan Arias, presidente de la Cámara de Comercio, en una entrevista con TVN Noticias.
Por su parte, Giulia De Sanctis, presidenta de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (Apede), recomendó esperar a la llegada de Rubio para entender mejor la postura oficial de Washington.
"Esperar que venga el secretario de Estado y que nos diga cuál es el mensaje del presidente de Estados Unidos, y de allí tener una estrategia", expresó De Sanctis, sugiriendo que Panamá debe actuar con cautela hasta conocer la dirección que tomará la administración estadounidense.
Mientras el gobierno panameño mantiene su postura de neutralidad y defensa de su soberanía, el sector privado sigue de cerca las decisiones que puedan surgir del encuentro con Rubio, especialmente en infraestructura y seguridad.
Las reuniones con las autoridades panameñas serán clave para definir el futuro de la relación bilateral. Los próximos días serán cruciales para determinar si la visita servirá para fortalecer la cooperación o si, por el contrario, intensificará la tensión diplomática entre ambos países.