Bajo la Lupa: La realidad de Río Platanares
Más de 160 hectáreas han sido totalmente devastadas en la comunidad Wounaan de Río Platanares en Chepo.
En medio de la espesa selva ya se observan los claros, producto de la devastación, afectando ríos y desde luego la calidad de vida de los habitantes de Río Platanares que dependen exclusivamente del medio ambiente.
Para llegar a esa comunidad, viajamos más de 3 horas en lancha partiendo del puerto de Coquira en Chepo.
Un tanque plástico era el tambor que amenizaba el baile de las niñas. Le bailaban a la naturaleza.
Pero no todo es felicidad, la comunidad de Río Platanares está sin agua. Su principal fuente está seca, y no por consecuencias del verano. El río parece un camino más, a pesar de que ya empezó a llover, sigue seco debido a la devastación en la cabecera.
Quisimos ver lo que ocurría y decidimos trasladarnos hacia donde nace el río. Pasamos peligrosos trechos hasta llegar al lugar, fueron casi 7 horas a caballo.
Cuando llegamos nos encontramos un panorama desolador. Más de 100 hectáreas devastadas, todo por la fiebre del cocobolo. Como su comercialización es ilegal, la madera permanece durante meses en la selva, esperando el mejor momento para sacarla.
Por su parte, el Ministerio de Ambiente ha recibido la denuncia de lo que ocurre en Río Platanares y han realizado varias inspecciones.
En otro de los patios donde se guarda el cocobolo hay cortes recientes de la madera. Su color rojizo la hace especial y extremadamente cara, el metro cúbico del cocobolo supera los 4 mil dólares, solo en Panamá.
TVN Noticias también realizó un recorrido aéreo por el lugar, percatándonos de las quemas desmedidas que se dan en medio de los bosques. Por lo recóndito del lugar es casi imposible que alguna autoridad detecte a tiempo lo que ocurre, son cientos de hectáreas que desaparecen con las quemas.
No solo se afecta el medio ambiente con la deforestación de los bosques, la comunidad también. Ellos han defendido la tierra por años, incluso, el anterior dirigente fue asesinado en el 2012 por un maderero, de un escopetazo.
Ellos dependen de los árboles para subsistir, de una rama de cocobolo sacan excelentes esculturas, hechas a mano, toman solo un mes en hacer una increíble figura de águila.
Del cocobolo las mujeres también logran sacar tinta y pintar el material que usan para sus tinajas, todo de manera natural.
Mientras los residentes esperan atención de las autoridades, en la selva la devastación continua.
Con información de Kelyneth Pérez.