¡Inhumano! Sectores de Arraiján todavía siguen sin luz desde el domingo

Tras el fuerte temporal lluvioso que azotó el territorio nacional la noche del pasado domingo, varias comunidades en Arraiján y La Chorrera reportaron la falta de suministro de energía eléctrica. Sin embargo, más de 30 horas después de aquel vendaval, todavía hay sectores de Panamá Oeste que siguen sin luz, una situación insostenible para sus residentes que aseguran estar viviendo una pesadilla que parece no tener fin, pues las fluctuaciones y la falta de fluido eléctrico por largas horas se ha vuelto un problema crónico y "pan de todos los días".

La desesperación llevó a algunos moradores a cerrar la vía Panamericana a la altura de Arraiján cabecera para exigirle a las autoridades y a las empresas responsables el restablecimiento del suministro de energía eléctrica, sin embargo, sectores como La Palma, Barriada 2000, La Paz, El Tecal y otras más seguían sin luz la mañana de este martes de 6 de junio, más de 30 horas después de haber pasado el temporal de lluvia. Aseguran que esta situación los ha obligado a recurrir a bolsas de hielo para intentar conservar la comida dentro de los refrigeradores, pero los pequeños comerciantes, abarroterías y minisúper no han corrido con la misma suerte y ya han reportado pérdidas económicas por el daño de productos cárnicos, lácteos, frutas y demás que necesitan refrigeración.

Ante los cientos de reportes y denuncias de los residentes, la empresa encargada del suministro de energía eléctrica en esta región informó en sus redes sociales que se encontraba trabajando en las averías y daños causados por la tormenta eléctrica en varios sectores de Arraiján y La Chorrera. En el comunicado detallan que han reforzado sus brigadas de atención para normalizar el servicio de energía en el menor tiempo posible. No obstante, hay quienes afirman que la falta de luz y las constantes fluctuaciones es un problema recurrente que se ha venido agravando con el tiempo.

Estos residentes aseguran sentirse desprotegidos y exigen que la Autoridad Nacional de los Servicios Públicos (ASEP), juegue su papel de fiscalizador y haga cumplir a las empresas privadas con la prestación eficaz de los servicios públicos de abastecimiento de agua potable y electricidad en esta región del país.