Indigencia en Panamá, un mal sin remedio
TVN/La indigencia es un problema que gana cada vez más terreno en las calles del país. TVN Noticias, se adentró en las avenidas para conocer los testimonios de vida de aquellos que deambulan por las noches.
Hombres y mujeres que deambulan en las calles buscando acera, un puente, banca o un sitio cómodo donde pasar la noche, cartones que se convierten en sábanas para protegerse de las inclemencias del tiempo, son algunas de las incomodidades por las que pasan los orates en nuestro país.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) de la Contraloría de la República, la provincia de Panamá cuenta con un millón 713 mil 70 personas, según el censo del 2010, siendo el distrito de Panamá (880 mil 691) y San Miguelito (315 mil 19), los más poblados.
Por lo que se estima que por cada 100 mil habitantes existen 25 indigentes en la ciudad capital.
Un joven de tan solo 16 años contó a TVN Noticias, que a sus 9 años consumía alcohol y drogas; a sus 12 años el consumo de la droga conocida "crispi" era cosa de todos los días, por lo que la calle se convirtió en su vida.
En el Parque de Santa Ana, algunos se reúnen en la noche en espera que pastores le lleven algo de comer o ropa para cambiarse y quitarse el mal olor.
La indigencia es un problema socio económico y no sólo de adicción, afirmó la psiquiatra Juana Herrera, que por años ha tratado con estos pacientes.
¿Pueden estas personas rehabilitarse?
En el campamento las Manos de Dios, en Potrero Grande en el distrito de La Chorrera, existen unas 60 personas que su vida solo era consumir alcohol y drogas, expuestos al desprecio constante de la sociedad y de su propia familia.
Lo que nadie imaginaía es que llegaran a deambular, comer de los basureros y robar para poder sobrevivir en las calles.
Severiano Aguirre, es pastor y reconoce que unas 900 personas han llegado a buscar ayuda, pero solo unas cuarenta personas se ha rehabilitado, el resto sufrió recaídas.
Cada tres meses la Alcaldía de Panamá, realiza operativos para sacar a estas personas de las calles e intentar rescatarlos, pero cuesta por el nivel de agresividad que presentan.
Otro grave problema que existe es que no hay lugar para meter a las mujeres que pasan por estos problemas.
Al final del camino los que han pasado por esto reconocen que solo la fuerza de voluntad les permite la recuperación, pero para eso necesitan la ayuda de su familia.