Las huellas de dolor dejadas por el Dietilenglicol en una de sus víctimas en Panamá

Se imagina usted tener una vida sana y que un jarabe le cambie la vida para siempre. Esta es la historia de una familia en Panamá que ha vivido los peores estragos del envenenamiento masivo con Dietilenglicol.

Con lágrimas, Maybeth Coronado a sus 29 años ha demostrado ser toda una guerrera.

A sus 14 años fue junto a su madre al hospital buscando una solución a la molestia que tenía, y lo que encontró fue la puerta al sufrimiento, luego de beber frasco y medio del jarabe contaminado con dietilenglicol. Los tumores y úlceras que brotan de su cuerpo son incontrolables y dolorosas.

Las úlceras que me salen son demasiado dolorosas y me ha costado poder salir adelante. Todo el día es dolor, no hay pastilla que me quite el dolor. Si pudiera encontrar una palabra para describir cuánto duele no existe en el diccionario, para dormir, para comer, para caminar y es dependiendo de donde me salga la lesión. He perdido la noción del tiempo, solo me he enfocado en salir adelante". Maybeth Coronado, víctima del dietilenglicol.

Esta familia, que es la voz de cientos de pacientes en el país pide calidad de vida y no tener que rogar por una atención médica de calidad.

Dónde están esas personas que tienen el poder y la posibilidad de ayudar a mi hija (...). Dónde están esas personas que a los 14 años cuando mi hija fue intoxicada por ese jarabe, no estaban al lado mío para decirme que mi hija no iba a quedar bien", se pregunta Mayra Prado, madre de Maybeth.

Desde hace 7 años su caso ha quedado enterrado en la Corte Suprema de Justicia, por lo que están a la espera del fallo de los magistrados sobre su indemnización.

Maybeth hoy clama justicia en su caso, y sobre todo ayuda de las autoridades para que pueda salir del país y encontrar expertos que puedan realizarle estudios científicos para dejar de sufrir.

Por este caso se condenó al exdirector de la CSS, René Luciani, a cinco exfuncionarios de esa entidad, así como al exdirector de la Dirección de Farmacias y Drogas del Ministerio de Salud, Pablo Solís y a tres particulares.