Dos años de gobierno del presidente Cortizo: popularidad, la desigualdad y el futuro.
Laurentino Cortizo
Dos años en el poder y una pandemia de por medio han sido algunos de los factores corrosivos de la relación de los ciudadanos con el gobierno de Laurentino Cortizo. En la calle, la gente reclama transparencia para entender cómo saldremos de la crisis, cuestiona la corrupción y pregunta dónde está su presidente. Esta es la segunda entrega del especial, “Los dos años de Cortizo”.
"La corrupción nos hace mucho daño, nunca más un presidente y su contralor usando y repartiendo la plata del pueblo para comprar diputados de la Asamblea. Los fondos públicos son sagrados, todos tenemos que rendir cuentas, absolutamente todos" Discurso del presidente Cortizo días antes de ser electo.
Al politólogo Harry Brown, director del Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales, le hemos pedido analizar parte del discurso del presidente Laurentino Cortizo días antes de ser electo y contrastarlo con el Gobierno que tenemos hoy.
"En aquel momento ni él ni nadie, sabía que nos iba a caer una pandemia, las condiciones cambiaron completamente, pero lo interesante de que las condiciones cambiaron, es que los problemas básicamente siguen siendo los mismos... "yo creo que al presidente Cortizo le serviría volver a ver su discurso de aquel entonces para reconectarse con las demandas que tenía la población antes de la pandemia", aseguró Brown.
En general, las crisis actúan como un potente agente corrosivo de la confianza y las expectativas ciudadanas con los gobernantes. Y en nuestro caso no nos referimos solo a la crisis sanitaria por la pandemia.
Sabemos el simbolismo político que tiene el taburete para el presidente Cortizo: su garantía de que jamás olvidaría sus raíces.
Para el economista Raúl Moreira la falta de transparencia ha acarreado una pérdida de la credibilidad en las acciones del Estado.
En la calle, los ciudadanos se sientan en el mismo estrado desde donde prometió gobernar, lo escuchan como candidato y analizan qué tanto se parece al Cortizo de hoy.
"Yo me tengo que quitar la máscara porque este hombre me va asfixiar", "tenía fe en él porque hablaba firmemente como un hombre", "yo no entiendo lo que él está haciendo", "él tiene que trabajar", fueron algunas las expresiones de las personas a las que volvimos a poner el discurso del presidente, dos años después.
La pobreza y la desigualdad, dos de las cosas que como vemos prometió desterrar, son algunas de esas amenazas.
"Tenemos evidencia de que aumentó el sector informal, el desempleo creció y los ingresos bajaron. No tenemos una cifra exacta pero sí se estima que incrementó la pobreza y la desigualdad en el país", Martín Fuentes, Especialista en Desarrollo Humano del PNUD.
El Plan Colmena era, según algunos especialistas, una buena hoja de ruta para combatir la pobreza en la que estaban sumergidos 777 mil panameños antes de la pandemia.
Después de la pandemia no se sabe cuál es la ruta más efectiva y el Gobierno no lo dice. No respondió a nuestros llamados para abordar el tema.
Pero el plan no ha avanzado más allá de la integración de sus mesas de trabajo, y algunos especialistas advierten que desde 2018 no se actualiza la base de datos con la que trabaja el proyecto.
Y con el desbordamiento de los trabajadores informales, la falta de plazas de empleo y de oportunidades que la gente percibe no se están proveyendo, hay una crisis mayor: la insostenibilidad financiera de la Caja de Seguro Social y, por tanto, de las pensiones.
Aún no hay luces sobre el futuro de este diálogo convocado por el Gobierno de Cortizo. Está ahogado en discusiones de forma, y así como con el diálogo por el Bicentenario, no se sabe si hay compromiso de que este llegue a buen puerto o si correrá la misma suerte que las fallidas reformas constitucionales que el Ejecutivo lanzó a la Asamblea, donde murieron sin diálogo alguno.
El Gobierno tampoco aceptó entrevistas para hablar de este tema.
Estos han sido dos años terriblemente difíciles para todos. Empezaron llenos de esperanzas y terminan con la devastación de la pandemia que provocó pérdidas de seres queridos, empleos, empresas, sueños derrumbados y, principalmente un futuro plagado de incertidumbres.
Han hecho falta: liderazgo, transparencia, contundencia y eficiencia de las instituciones y de sus autoridades para proponer y emprender soluciones viables y devolvernos la confianza y seguridad de que saldremos de la crisis.