'Construir puentes en lugar de muros', el legado que dejó Gilberto Guardia a Panamá, según la Cciap
Guardia falleció el pasado jueves 19 de septiembre, dejando un legado invaluable, como parte de la historia de la reversión de la vía acuática. Mismo que invita a recordar que el desarrollo de Panamá depende de nuestra capacidad de trabajar juntos.
Ciudad de Panamá/Construir puentes en lugar de muros y poner siempre por delante el amor a la Patria, fue el principal legado que según la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (Cciap), dejó a los panameños Gilberto Guardia Fábrega, quien fuera el primer administrador panameño del canal de Panamá.
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Guardia falleció el pasado jueves 19 de septiembre, dejando un legado invaluable, como parte de la historia de la reversión de la vía acuática. Mismo que invita a recordar que el desarrollo de Panamá depende de nuestra capacidad de trabajar juntos.
Con la muerte de Guardia Fábrega, Panamá ha perdido a uno de sus grandes ciudadanos. Pero en un contexto donde a menudo la división, la discordancia y los intereses individuales parecen primar, su ejemplo nos muestra el camino a seguir.
Para el gremio de empresarios, en una coyuntura donde los panameños necesitamos más que nunca unir nuestras voluntades y esfuerzos para construir un mejor país, el legado extraordinario de Guardia (1930-2024) "emerge como una luz que guía el presente y futuro de Panamá".
De acuerdo con la Cciap, la vida de Guardia ejemplifica como pocas el significado de ejercer a plenitud el concepto de ciudadanía y amor por la patria. Quien fuera el primer administrador panameño del Canal de Panamá entre 1990 y 1996, no solo fue un hombre con reconocidos logros profesionales y empresariales, sino también un ciudadano profundamente comprometido con los valores más elevados.
Durante los duros años de la dictadura militar, Guardia Fábrega no dudó en apoyar a aquellos que demandaban el retorno pleno de la democracia. Y lo hizo a riesgo propio e incluso desprendiéndose de recursos personales en favor de un Panamá donde se respetaran los derechos humanos.
En medio de las naturales divisiones y opiniones de la época, quienes acudían a él siempre encontraron un ejemplo inspirador en su honradez intelectual, mesura e impresionante capacidad de trabajo.
Gilberto Guardia trabajó por y para Panamá. Su liderazgo durante un período crucial de la transición del Canal hacia manos panameñas es una lección de patriotismo, ética y servicio público. Esa responsabilidad también fue crítica para vencer suspicacias y demostrarle al mundo que los panameños éramos perfectamente capaces de administrar la Vía Acuática.
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Pero el ingeniero fue mucho más que un administrador exitoso: fue un ejemplo de integridad y responsabilidad en la administración del activo más importante del país. Bajo su liderazgo, el Canal no solo continuó operando con eficiencia, sino que sentó las bases para el desarrollo posterior de la exitosa administración del Canal 100% panameño que lideró su sucesor, el ingeniero Alberto Alemán Zubieta.
A pesar de que lo pudo reclamar y lo mereció, Guardia Fábrega fue un hombre que nunca buscó protagonismos, y de hecho supo dar un paso al costado y otorgar el espacio necesario a otros cuando las circunstancias se lo demandaron.
La Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (CCIAP) en 1996 reconoció en vida este gran legado otorgándole la más alta distinción que concede el gremio, la Orden Horacio Alfaro, a personas que, por su trayectoria, constituyen ejemplo para sus conciudadanos, panameños y extranjeros.