Exmilitar pide a Noriega que confiese sobre la 'Masacre de Albrook'
Hace 27 años, el 3 de octubre de 1989, 11 militares fueron asesinados bajo el régimen de la dictadura del exgeneral de las desaparecidas Fuerzas de Defensa de Panamá, Manuel Antonio Noriega.
Este crudo momento se conoce como “la masacre de Albrook” y cambió la vida de los familiares de estos militares.
Desde Costa Rica, donde se encuentra refugiado, el excapitán Evidelio Quiel, envió una carta al exgeneral para que diga la verdad de lo que sucedió aquel 3 de octubre y será entregada este lunes a Noriega, quien se encuentra purgando pena en el centro penitenciario El Renacer.
El exmilitar dijo que oficiales de la otrora sexta compañía Macho de Monte fueron los que encabezaron el fusilamiento de los 11 oficiales por la intentona golpista contra Noriega.
Además, Quiel difundió un video donde hace público que la carta será entregada por dos abogados a Noriega, para que diga la verdad y sirva de alivio de los familiares de los militares fusilados y las personas que como él fueron vinculadas en el hecho y no lo hicieron.
En tanto, Gisela Bonilla, viuda del teniente Jorge Bonilla, uno de los fusilados, dijo vía telefónica desde Estados Unidos que a pesar del tiempo, este lunes es muy doloroso para todas las familias de las víctimas recordar la fecha.
Catalogó de bochornoso y una burla que Quiel envíe esa carta un día como hoy y recalcó que es un “show mediático”.
“No necesitas de este señor que está detenido en El Renacer [Noriega], ni hacer este show para que se sepa parte de la verdad”, dijo Bonilla a Quiel.
Instó al exmilitar a dar los nombres de las personas que estaban presentes en ese momento.
Recalcó que el exteniente estuvo en el hangar de Albrook, "cargó cadáveres y sí puede decir lo que realmente sucedió".
Bonilla también manifestó que es “absurdo” que Quiel le pida a Noriega que hable, porque “todos saben que Noriega dio la orden”.
Pidió que no sigan en ese show porque ambos, al igual que muchos involucrados que “están en la calle”, lo saben y pueden decirlo para que por fin haya justicia.
Posteriormente los abogados Justino González e Irving Rodríguez se dirigieron al centro penitenciario El Renacer a entregar la carta y se les informó que el exgeneral había dado "órdenes de no recibir la carta y que fuera entregada a su abogado".