Exhumación da esperanzas a familiares de víctimas de la invasión de EEUU a Panamá
Panamá/Niska Ibarguen y su madre llevaban toda la mañana bajo una carpa en el Jardín de Paz de la Ciudad de Panamá, con los ojos pegados a los forenses que estudian una fosa común y la esperanza de encontrar los restos de su padre y marido, respectivamente, muerto durante la invasión hace 30 años de EE.UU. a Panamá.
"Realmente, no sé por qué ese día mi papá salió de casa. Él tenía familia en el interior del país, y junto con mi tío marchó porque querían saber como estaban, pero lo único que sé es que su cuerpo apareció en Curundú", un barrio pobre de la ciudad, dijo este martes a Efe Niska Ibarguen, nerviosa al recordar.
Su historia se suma a la de muchos panameños que aún esperan encontrar los cuerpos de los caídos hace 30 años, cuando Estados Unidos ejecutó la operación "Causa Justa" con 26.000 soldados y armamento de última generación para capturar al dictador Manuel Antonio Noriega (1934-2017), que acusado de narcotráfico se entregó el 3 de enero de 1990, y desmantelar las Fuerzas de Defensa panameñas.
Este martes un equipo de Medicina Legal y Ciencias Forenses del Ministerio Público de Panamá, con la asesoría del Equipo Argentino de Antropología Forense, comenzó la excavación de una de las 19 fosas que contienen restos de víctimas no identificadas de la invasión, dijo la fiscal Leticia del Cid.
Se trata de un proceso amparado en una decisión judicial que reabrió 14 casos de desaparecidos durante la invasión estadounidense.
El lunes se inició el proceso se exhumación con la demarcación y acordonamiento de los lugares a explorar y la instalación de equipos por parte de los expertos.
"Estamos aquí porque por primera vez se ha dado el hito de que se tome en consideración las reclamaciones de parte de este grupo para que se hiciese las exhumaciones, y se puedan ubicar ciertos muertos que no se han reconocido", declaró este martes a Efe en el cementerio el secretario general de la Asociación de Víctimas de la Invasión y Familiares de los caídos el 20 de diciembre, Sebastián Vergara.
Treinta años después de la acción armada aún no se sabe con certeza en Panamá el número real de los fallecidos.
Documentos estadounidenses desclasificados y publicados por primera vez en diciembre pasado señalan 516 muertos durante la invasión, de ellos 314 militares, la gran mayoría panameños, mientras que en el país centroamericano se habla de miles de civiles fallecidos y de violaciones de derechos humanos.
Una Comisión respaldada por el Gobierno investiga desde 2016 para determinar el número real de víctimas, identificarlas y establecer la base para probables reclamaciones individuales, dijo a Efe en diciembre pasado el presidente del organismo, el rector universitario Juan Planells.
"Contrario a lo que muchos creen, las víctimas no fueron militares y batalloneros que defendían el Gobierno de Noriega. En su gran mayoría fueron civiles que sufrieron estas consecuencias a través de violación de protocolos de guerra", dijo entonces a Efe Planells, y precisó que la comisión "ha completado la validación de 252 víctimas".
Muchos fallecidos están enterrados en fosas comunes en el principal cementerio de la capital, el Jardín de Paz, sin ser reconocidos ni identificados.
Niska contó a Efe que "tras investigar un poco" si dieron cuenta que "para el Jardín de Paz" su padre "está en un punto" del cementerio, "y para el expediente en otro, en la misma manzana pero en distinta fosa. Es una incongruencia con la información", añadió.