Centroamérica sufrirá consecuencias graves si no mejora calidad de educación
Según un informe regional, el principal reto de Panamá es mejorar la calidad de la educación.
No hacer nada distinto, en materia educativa, frustraría la generación de nuevas oportunidades para las personas y el crecimiento económico de Centroamérica, según un nuevo estudio. ¿Cuál es el principal reto de la región? La calidad de la educación y la poca inversión en este rubro.
El quinto informe de Estado de la Región, que contó con la participación de más de 50 investigadores, analiza el ámbito social, político, demográfico, económico y educativo de América Central y pone en perspectiva los principales obstáculos que enfrenta. El panorama, en materia de educación, es desolador para algunos países.
Según datos del año 2014 y plasmados en este estudio, seis de cada diez jóvenes entre las edades de 15 a 24 años están excluidos del sistema educativo. Es decir, cerca de 5,4 millones. Esta situación se agrava en Honduras y Guatemala, donde casi dos terceras partes de los jóvenes no estudian ni trabajan (ninis).
Este informe señala que, pese a los incrementos que se han registrado con relación a la inversión social en los últimos años, el gasto que la mayoría de los países centroamericanos destina a la educación sigue siendo bajo con respecto al promedio de América Latina y miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
La educación ha estado más presente en las propuestas de campaña durante el periodo electoral y en el discurso público. Sin embargo, el quinto informe de Estado de la Región resalta que los planes de política educativa en América Central “no tienen metas claras, fechas límites y mecanismos de seguimiento y evaluación” que aseguren los objetivos determinados.
“La apuesta en la educación puede dinamizar y transformar mercados laborales, promover la creación de empleos de calidad, generar nuevas y mayores oportunidades para las personas y enfrentar los altos niveles de desigualdad, criminalidad y violencia que actualmente registra Centroamérica”, señalan.
Retos del sistema educativo en Panamá
El principal reto del país, según el quinto informe de Estado de la Región, es incrementar el financiamiento y mejorar la calidad de la educación. ¿Cuántos documentos evaluativos se necesitan para que, finalmente, se determine un plan que saque a la educación panameña del abismo?
La última gran reforma educativa en Panamá fue hace más de 40 años. Una iniciativa presentada en los años 70 proponía cambios en la estructura y el currículo. Pero luego de una huelga nacional, la propuesta fue derogada en 1979. Desde entonces, el país no tiene una hoja de ruta clara en esta materia.
El proyecto de Transformación Curricular -que se implementó desde el 2010 en un número de colegios y que fue impulsado bajo la administración de Lucy Molinar en el Ministerio de Educación (Meduca)- fue un intento de actualizar o renovar el sistema en el país. Con el cambio de Gobierno, el proceso quedó en el limbo.
El programa contemplaba la reducción de bachilleratos y reforzarlos con especialidades, la inclusión de carreras técnicas, capacitación de docentes para evitar la deserción escolar, equipar los laboratorios científicos y tecnológicos.
Según un informe, el plan presentó fallas en su implementación, faltó preparación para los docentes en el modelo de enseñanza por competencias y profundización en el programa de las asignaturas. Los últimos datos del Meduca revelan que 160 planteles de educación media tienen la transformación curricular.
La abogada, empresaria y docente, Nivia Castrellón, considera que en el caso de Panamá, hay diversas opciones educativas de diferentes calidades. "Lo que no ayuda a utilizar la educación como un nivelador social. Se requiere educar más y mejor a los más necesitados", señaló a TVN-2.com.
"En Panamá, a pesar que tenemos establecido el derecho a la educación con rango constitucional, muchas veces es imposible su ejercicio por falta de cobertura, aceptable (con características que aprueba todo el país) y adaptable, según la necesidad del estudiantado", agregó.
Mientras que David Bernal, parte de la organización Enseña por Panamá, piensa que se deben mejorar las metodologías de aprendizaje implementadas a nivel docente y replantear, a nivel curricular, el modelo educativo ya que aún no se enfoca en desarrollar el tema preescolar.
"Estamos muy lejos todavía de tener un sistema que esté basado en desarrollar habilidades y capacidades en las personas. (...) Estamos sufriendo las consecuencias de no haber hecho pequeñas reformas", manifestó a TVN-2.com.
La administración de Juan Carlos Varela ha reiterado, en diversas ocasiones, que mejorar el sistema educativo es una de sus prioridades y actualmente impulsa una mesa de diálogo, facilitada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que se denomina “Compromiso Nacional por la Educación”.
Las expectativas son altas ya que de esta iniciativa debe salir “la política pública educativa más importante del Estado panameño”, como ha descrito el Gobierno, que permita establecer una hoja de ruta a corto, mediano y largo plazo que eleve la calidad educativa.
Representantes de la actual administración, padres de familia, sectores privado, académico, estudiantes, gremios magisteriales, organizaciones no gubernamentales especializadas en educación y trabajadores participan en este diálogo nacional.
En este proceso, que tomará aproximadamente seis meses, se discutirán propuestas que permitan mejorar la educación en cinco puntos prioritarios como calidad, equidad, inversión, formación docente y de directores, y gestión administrativa.
Esta sería la gran oportunidad de hacer un cambio significativo a un sistema con deficiencias de hace más de 20 años. Un retraso que imposibilita que jóvenes tengan acceso a mejores oportunidades o atreverse a emprender.
Si no se actúa pronto, concluye el quinto informe Estado de la Región, se podrían “agudizar los problemas de pobreza, exclusión y violencia social”.
Apostar por la educación, como una herramienta para asegurar el bienestar de las actuales y futuras generaciones, y buscar soluciones perdurables permitirá que Panamá y el resto de Centroamérica salgan, de una vez por todas, del círculo vicioso que los mantiene rezagados.