Dueños de restaurantes reportan pérdidas en los primeros días de ampliación de toque de queda
Luego de que empezara a regir el nuevo toque de queda en la región Metropolitana, los dueños de restaurantes comenzaron a experimentar una baja en sus ventas, asegurando que se está afectando a todos por algunos cuántos que no cumplen con las medidas de bioseguridad.
Domingo de Obaldía, de la Asociación de Restaurantes, explicó que en el mes de mayo estaban teniendo una recuperación del 60% en comparación con el año 2019, sin embargo, en los primeros tres días de la nueva norma hay restaurantes que están reportando un 50% a la baja, destacando que es un golpe muy duro para esta industria que empezaba a levantarse y a reactivar contratos que han tenido que volver a ser suspendidos.
La medida del toque de queda de bajarlo hasta las 10 es fácil, lo difícil para un gobierno es hacer su trabajo como lo tiene que hacer. Y hacerlo es irse a los lugares donde no se está cumpliendo con toda la seguridad que nos han impuesto para atender a los clientes y proteger a los colaboradores, poner la multa o cerrarlos ¿por qué siempre tenemos que pagar todos por unos cuantos que hacen mal?”, expresó.
Obaldía dijo que nuevamente se está distanciando la parte económica de la parte de salud, resaltando que se están tomando medidas sin mirar la parte económica y queriendo que haya más trabajo, pero así no los habrá.
Destacó que ‘el panameño entiende con el garrote’, reiterando que a todos esos comercios que no cumplen se les debe castigar, mientras que a los que cumplen se les debe dar la oportunidad de seguir trabajando.
Resaltó que ha escrito cartas al Ministerio de Comercio e Industrias, pero no reciben respuestas, entonces enviarán una carta al Ministerio de Salud (Minsa) para conversar con ellos para ver cómo se puede volver al horario anterior, aunque a su parecer no hay comunicación con este ministerio.
“Señores, llegó el momento de que los dos trabajemos mancomunadamente, yo quiero hacer las cosas bien. Yo acepto que vengan a mi restaurante a ver cómo está funcionando y que me digan que cosas están mal. Lo que queremos es que nos oigan, que nos permitan conversar, pero el Minsa no escucha la parte económica”, concluyó.