El día que les prohibieron a los bomberos apagar incendios
El Cuerpo de Bomberos de Panamá fue la única institución que quedó en pie luego de la invasión norteamericana.
El 20 de diciembre de 1989 es una fecha que sigue viva en los recuerdos de muchas unidades del Cuerpo de Bomberos de Panamá que con "Disciplina, Honor y Abnegación" prestaron servicio, momentos en que el país era invadido por el ejército de los Estados Unidos.
Son testimonios de hombres, que aún viven la frustración de no haber podido hacer algo por las víctimas de la invasión, de no poder enfilar las mangueras contra el fuego que consumió el populoso barrio de El Chorrillo. Solo veían la candela ante sus ojos, mientras la impotencia golpeaba la moral de estos hombres, cuyo juramento es salvar vidas y propiedades.
Un bombero que abandonó sus vacaciones
El Mayor Armando Ponce, es la voz de la experiencia en el Cuerpo de Bomberos de Panamá. Una unidad retirada del servicio bomberil, pero que vive con orgullo y emoción sus años en la institución.
La noche del 20 de diciembre de 1989, se encontraba en casa, disfrutando de sus vacaciones, seguramente preparándose para las fiestas de la navidad, sin embargo, una estampida humana interrumpió su sueño esa noche. El sonido de las bombas y el grito de la multitud activa la alarma de este oficial de los bomberos. Abandona a su familia y se dispone a prestar servicio.
La primera frustración del Mayor Ponce al momento de salir a bordo del vehículo de extinción es la negativa del ejército de los Estados Unidos, para que entraran a combatir el incendio en calle 21 de El Chorrillo.
Una experiencia que no quiere volver a vivir
Mauricio Carrasquilla es un bombero con el rango de Capitán en el Cuerpo de Bombero de Panamá, actualmente sirve en el Cuartel de Alcalde Díaz, como jefe de la novena compañía.
Un hombre con mucha historia que contar sobre el 20 de diciembre de 1989. No solo vivió el peligro y la frustración desde su rol como bombero, sino que también fue víctima de las circunstancias alrededor de la invasión.
Fue secuestrado por unidades paramilitares de los "Batallones de la Dignidad", además su carro fue baleado, donde Dios le dio una segunda oportunidad de vivir, ya que no recibió ninguna herida de bala.
Carrasquilla se suma al Mayor Armando Ponce, como aquellos hombres que fueron a calle 21 de El Chorrillo y se convirtieron en testigos del incendio que eliminaba el barrio y ellos sin poder hacer nada.
Inconcebible que nos dijeran "Dejen que se queme"
Lucas Marcos Caicedo, bombero activo que actualmente tiene el rango de Capitán en el Cuerpo de Bomberos de Panamá y además es instructor bomberil.
El 20 de diciembre de 1989, es un día que ha marcado su vida; en primer lugar, porque nació en esta fecha y segundo, por las experiencias que le toco vivir cuando Panamá fue invadida por los Estados Unidos de Norteamérica.
Con el rango de Cabo Segundo en ese entonces, Caicedo sale a prestar servicio. Hacía un turno en el camión y otro en la ambulancia. Fue testigo del horror, de la guerra y del dolor.
Le tocó vivir la impotencia al no poder apagar el incendio de El Chorrillo, pero también les toco huir de un incendio cuando las balas llegaban, además fue interceptado su camión de extinción, cuando se dirigían a un incendio en la Avenida Balboa y un helicóptero con soldados del ejército de los Estados Unidos les prohibieron realizar su labor.
Los bomberos en el este del país
Carlos Cedeño es un Capitán del Cuerpo de Bomberos de Panamá, que actualmente se mantiene separado de las actividades de bomba, debido a una lesión en su columna.
Prestó servicio como bombero voluntario en el Cuartel de Juan Díaz. Nunca llegó al barrio de El Chorrillo, porque no era su área de acción, pero nunca pararon de socorrer víctimas en el sector este del país.
El 20 de diciembre de 1989 combatieron alrededor de 30 incendios y en medio de sus labores, cuando trataban de controlar el fuego en un depósito, fueron atacados por fuego de ametralladora por parte de los norteamericanos.
Un bombero que no se ganó un solo centavo el 20 de diciembre por ayudar a los panameños que fueron víctimas de la invasión, pero que al pasar del tiempo no se arrepiente de haber servido este día en que la patria fue invadida por el coloso del norte.