Día Internacional de los Pueblos Indígenas: Pobreza, desempleo y la amenaza del COVID-19
El 23 de diciembre de 1994, durante el Decenio Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo, la Asamblea General de la ONU decidió en una declaración que cada 9 de agosto se conmemorara El Día Internacional de los Pueblos Indígenas.
La fecha marca el día de la primera reunión, en 1982, del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre Poblaciones Indígenas de la Subcomisión de Promoción y Protección de los Derechos Humanos.
“Los pueblos indígenas siguen estando entre las comunidades más pobres y con menos acceso al empleo y la educación”, por lo menos así lo estima la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Este domingo 9 de agosto se conmemora el Día Internacional de los Pueblos Indígenas.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Infancia (FAO), existen cerca de 370 millones de personas que se autoidentifican como indígenas en el mundo.
Los pueblos indígenas viven en más de 90 países, distribuidos en las siete regiones socioculturales del mundo, según datos de la FAO.
Además, representan el 5% de la población del mundo y cerca del 15% de las personas en pobreza.
Sin embargo, los pueblos indígenas son guardianes del 80% de la biodiversidad global. Esta situación indica que sus medios de vida respetan y protegen los recursos naturales.
Preocupación por los efectos del COVID-19 en estas poblaciones
Para la FAO, la pandemia de la COVID-19 puede generar efectos graves en el “buen vivir de los pueblos indígenas, así como su salud y sus medios de vida”.
Asimismo, el Foro Permanente de la ONU para las Cuestiones Indígenas considera que la pandemia del COVID-19 representa una grave amenaza para la salud de esta población, que por años ha experimentado un acceso deficiente a la atención sanitaria, tasas significativamente más altas de enfermedades transmisibles y no transmisibles, falta de acceso a servicios esenciales y otras medidas preventivas vitales.
Por este motivo, el organismo ha hecho un llamado urgente a los gobiernos, organizaciones de la sociedad civil y autoridades indígenas tradicionales para que tomen las medidas específicas que permitan hacer frente al virus, manteniendo el enfoque intercultural y garantizando el respeto de los derechos de estos pueblos.
Una vez más, se insta a los gobiernos a garantizar el acceso a instalaciones de salud que presten el servicio adecuado y en función de las necesidades de las poblaciones indígenas.
En Panamá, las autoridades de salud tratan de cubrir la ayuda necesaria en las comarcas para hacer frente al COVID-19.
La mayoría de estas zonas indígenas se encuentran ubicadas en zonas apartadas.
Según el reporte del Ministerio de Salud (Minsa) del sábado 8 de agosto, en la comarca Ngäbe Buglé se reporta un acumulado de 999 casos y en la comarca de Guna Yala, un acumulado de 562 contagios.
Es preciso recordar que el virus afecta a muchos indígenas que suelen trabajar en fincas productoras de las provincias de Bocas del Toro y Chiriquí.
En áreas de Panamá Oeste habitadas por grupos indígenas incluso se establecieron cercos para frenar los contagios.
Ante este panorama y considerando el derecho de los pueblos indígenas, es primordial que el Gobierno incluya a los representantes, líderes y autoridades comarcales en los comités, organizaciones y otras iniciativas que permitan dar la respuesta a la emergencia por la pandemia.