A diez años de la tragedia de La Cresta, el recuerdo sigue vivo
La tarde del 23 de octubre de 2006, será una fecha que siempre vivirá en la memoria del pueblo panameño y más aún de aquellos que fueron víctimas y perdieron amigos o familiares cuando el bus 8B-06 estalló en llamas en La Cresta. Hoy el recuerdo sigue vivo.
Diez años después de la tragedia, los sobrevivientes y familiares de los fallecidos recordaron con tristeza el acontecimiento y a través de una misa presidida por Monseñor José Domingo Ulloa iniciaron los actos de recordación.
Durante la homilía, Monseñor Ulloa, solicitó al presidente de la República, Juan Carlos Varela, dar un transporte digno para que no se vuelva a repetir una tragedia similar.
Finalizada la eucaristía, los familiares y sobrevivientes acudieron al lugar de la tragedia, donde a través de un acto conmemorativo procedieron a pintar corazones azules en la vía, con el objetivo de que los panameños nunca olviden lo que ocurrió aquella tarde, cuando el país se llenó de luto y dolor, además quedó en evidencia el pésimo sistema de transporte que existía en el país y que 10 años después aún no mejora en su totalidad.
Para David Ramírez, quien perdiera familiares en la tragedia y es actual asesor de la Autoridad del Tránsito y Transporte Terrestre (ATTT), los corazones azules son una forma de alertar para que no se vuelvan a repetir tragedias similares.
Luis Contreras, sobreviviente de la tragedia hizo sentir su descontento con las autoridades de la ATTT y con el director de esta institución Julio González, de quien señaló “que pareciera que viviera en otro mundo o en marte”.
“Aquí venía un plan de transporte para mejorar la calidad de vida del pueblo (…) Parece que el tema transporte no es un tema de Estado y las autoridades han hecho caso omiso a lo que nos está pasando”, afirmó Contreras.