El desabastecimiento también golpea a las plantas procesadoras de lácteos

La presidenta de la Asociación Nacional de Procesadores de Leche, Lorena Henríquez, aseguró que existe desabastecimiento de leche en algunas plantas procesadoras, debido a que el producto no ha podido llegar por los cierres de calles o cuando llega ya no se puede usar.

Henríquez dijo que ha sido un daño irreparable para el sector lácteo que está en estos momentos al punto de desabastecimiento en los mercados, debido a que la leche no está fluyendo correctamente.

"La leche usualmente tiene un tiempo establecido para su tránsito y en estos momentos está superando las 36 horas, lo cual está complicando a las plantas que están haciendo lo posible por salvar la producción, pero llega un momento que el procesamiento se ha tenido que detener porque la leche no está en condiciones óptimas para el consumo humano", agregó Henríquez.

La empresaria, además, señaló que esto no solamente perjudica el abastecimiento de leche sino también el de diferentes productos lácteos, entre ellos, la industria especializadas en valor agregado robusto. Desde la asociación de nacional de ganaderos indican que las pérdidas de los productores de leche grado C ya superan los 5 millones de dólares.

Euclides Díaz, Secretario General de Anagan describió la problemática que están teniendo los productores de leche grado C. Díaz afirmó que, al tratarse de pequeño y medianos productores que carecen del equipo de enfriamiento en sus fincas, dependen de un tiempo máximo para que la leche llegue en las condiciones óptimas a las plantas de procesamiento, por lo que los constantes cierres han provocado que gran parte de su producción se haya dañado causando pérdidas millonarias.

Los productores y empresarios han solicitado participar en la mesa de diálogo.

En tanto, los productores de arroz han dicho que no han podido realizar las siembras programadas debido a que los insumos no están llegando y además, las cosechas se han afectado por la falta de combustible

*Con información de María De Gracia*