La crónica de una falsa nacionalización de los corredores

ENA Norte, Sur y Este no son del Estado: Barnes / TVN Noticias

Lejos de reforzar el sentido de propiedad nacional que el presidente Ricardo Martinelli prometió en 2010, cuando compró los corredores Norte y Sur, cada auto que pasa y paga en las 43 casetas es garantía de ganancia para un cúmulo de inversionistas privados.

El gerente de la Empresa Nacional de Autopistas (ENA), Carlos Barnes, ha reconocido que técnicamente los corredores le pertenecen a los dueños de los bonos por $1,070 millones con los que fueron comprados en 2011, y que se agrupan en tres fideicomisos.

En 2014 se emitieron $212 millones más en deuda para pagar el Corredor Este (Brisas del Golf-Tocumen).

“No es que los corredores sean o no de los panameños. Pero esto es como una casa: están hipotecados y hasta que no se paguen no son del Estado”, reconoce Barnes, la segunda persona que ha dirigido ENA desde que ésta se constituyó para gestionar las autopistas de la ciudad.

Eso justo es ENA: una simple gestora de corredores que no son públicos.

La estructura financiera la decidió y dejó el gobierno de Martinelli, tras negociar la compra y venta de las autopistas en 2011 aún con la polémica que había por su “abultado” costo.

“El Sur, por ejemplo, debió ser comprado a $252 millones y por él se pagó $420 millones”, recordó el abogado Víctor Martínez en un reciente Facebook Live de TVN Noticias. La Sociedad de Ingenieros y Arquitectos coincidió con ello. Sin embargo, sin denuncia alguna, el tema ha quedado olvidado.

La operación llamada corredores

¿Entonces, qué ganó el país comprando las autopistas? Los más fieles a la adquisición sostienen que tiempo.

En 2025 el Corredor Sur deberá, finalmente, ser nacional. Y en 2028 deberá ocurrir lo mismo con el Norte. Según dijo Martinelli en 2011, si no los hubiera comprado habrían tardado, en el mejor de los casos, 70 años más en revertir al país. Él se vanagloria de haber reducido esos 70 años a 20.

Sin embargo, esas dos décadas no se han ganado a costa de nada. De las ganancias de los corredores salen millones de dólares anuales para deshipotecarlos nuevamente.

La auditora Deloitte mostró en un informe financiero de 2015 que se pagaron cerca de $66 millones a los dueños de los corredores, cuya identidad no necesariamente es pública.

Tras cerca de quince años de explotar los corredores, amparadas en concesiones firmadas por Ernesto Pérez Balladares, la empresa ICA Panamá recibió $420 millones, y Pycsa otros $600 millones por salir del negocio.

A juicio de Víctor Martínez, la compra ha sido “un simple cambio de manos privadas”.

Barnes ha dejado ver una teoría similar cuando explicaba a TVN Noticias por qué ENA no debía consultar los polémicos aumentos de peajes en el Corredor Sur.

“El régimen de seguridad jurídica (que aplica a empresas privadas) prevalece en el contrato de concesión de los corredores. ENA tiene un contrato de administración del corredor, pero eso no quiere decir que sea su dueña”, dice. La transparencia pública no necesariamente le alcanza.

En 2011, 2012 y 2014 ENA pasó las acciones de los corredores de las sociedades ENA Norte, Sur y Este a los respectivos fideicomisos integrados por los dueños de bonos.

La hipoteca de los corredores es pagada cuatro veces al año, los días 25 de enero, abril, julio y octubre, según establecen los manuales de los fideicomisos, colgados en el portal web de la Bolsa de Valores.

La buena suerte de ICA

Además de la supuesta nacionalización, la compra ordenada por Martinelli para cumplir su promesa política de hacer gratuita las autopistas de la ciudad (que podría no ocurrir, tal cual lo deja abierto el proyecto 352 de la Asamblea) dejó también empresas victoriosas.

Adicional a los $420 millones, ICA mantuvo para sí el derecho de relleno de mar frente a Punta Pacífica del cual el corredor era dueño (hoy las islas residenciales Ocean Reef) y, a diferencia de Pycsa, nunca salió del negocio de los corredores.

Esa empresa se quedó con las obras de ampliación por $226 millones del Corredor Norte a Brisas del Golf, y la construcción del Corredor Este, y su subsidiaria Maxipistas ganó todos los contratos para administrar toda la red de autopistas.

Carlos Barnes, gerente de ENA, asegura que sólo el Corredor Sur paga $8 millones anuales a Maxipistas por hacer mantenimientos menores y algunos mayores. TVN Noticias no pudo establecer cuál es el monto en el resto de los corredores.

Aunque Barnes habla sólo de mantenimiento, los documentos que reposan en la Bolsa de Valores establecen que, por la negociación establecida en la era Martinelli, Maxipistas tiene más poder en los corredores: es la responsable del cobro de peaje a los usuarios, supervisión y cobro de los servicios accesorios en las autopistas y depósito de los ingresos cobrados.

Pese a su buena suerte con los corredores, ICA ha reclamado a ENA el pago de $57 millones por sobrecostes en la construcción del Corredor Este. En 2015 pidió a la empresa pública rebajar el pago a $35 millones para, según el diario español El Economista, “realizar el pago a acreedores, proveedores y bancos”. Pero ENA sólo le pagó $2.5 millones.

Mientras esa polémica se cocía los corredores seguían trabajando a toda marcha para saldar su deuda.

Una auditoría de Deloitte, fechada a diciembre de 2015, deja claro que antes que reviertan a manos públicas panameñas, las fórmulas de rescate elegidas por Martinelli, obligan a las autopistas a pagar, todavía, $994.3 millones más.

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