'Leyenda negra' sobre el cierre de la mina afecta la percepción de la economía del país, advierte experto

Panamá/El abogado y escritor, Ovidio Díaz Espino, abordó en el programa Mesa de Periodistas las estrategias que utilizaron los gobernantes y la empresa Minera Panamá para vender la Ley 406 como la mejor forma que tenía el país para recibir nuevos ingresos en la economía panameña, la cual había estado debilitada desde la pandemia.

Díaz Espino se desempeñó por varios años como abogado en Wall Street (una de las bolsas del mercado de valores más importante del mundo), sobre el contrato minero, explicó la influencia que tiene la narrativa en la valorización de una economía.

"Se crearon escenarios apocalípticos, que afirman que si la mina cierra esencialmente el país se va a la quiebra”, dijo Díaz Espino sobre la situación con la empresa Minera Panamá, luego que la Corte Suprema de Justicia declarara que el contrato negociado con el Estado violaba 25 artículos de la Constitución.

Sobre esa narrativa apocalíptica, el abogado explicó que, esa "leyenda negra" es la que ha dado la vuelta al mundo, y fue la que utilizaron las calificadores de riesgo y medios internacionales para abordar la situación económica de Panamá. Sin embargo, asegura que, "esas afirmaciones no están respaldas por hechos concretos" pero es la imagen y la narrativa que se vendió internacionalmente y es lo que ha dado pie para descalificar al país. 

De acuerdo con Díaz Espino, las calificadoras de riesgo y los bancos internacionales son objetivos cuando hacen un análisis sobre la economía, no obstante, utilizan la información que proviene de las autoridades, la empresa minera y los proponentes del desarrollo minero para realizar su análisis.

Este es el discurso que ellos han escuchado, especialmente si viene del gobierno, es aceptado por ellos. La data, la cifra que les han dado son lo que ellos utilizan para hacer estos cálculos", indicó Díaz Espino.

Para el abogado, la situación económica puede ser un problema de 'percepción' y Panamá debe dar las razones y explicar que el pleito jurídico con Minera Panamá es un caso aislado y no un patrón en la economía panameña con lo cual se evitaría la pérdida de confianza de los inversionistas.

Arbitraje

El arbitraje al que se enfrentará Panamá con la empresa Minera Panamá, filial de First Quantum Minerals, se debe realizar en base al artículo 9.23 del Tratado de Libre Comercio entre Canadá y Panamá en el Centro Internacional de Arbitrajes de Disputas e Inversión ubicado en Washington DC.

Sin embargo, Minera Panamá ya inició un proceso de arbitraje en la Corte Internacional de Arbitraje en base al 'acuerdo de concesión' del cual el Gobierno dice desconocer y aseguraron que no han firmado ningún acuerdo de concesión.

El gobierno de Panamá debería preparar a un equipo de expertos de primer nivel para que asuman la defensa del país. Durante el proceso, cada parte debe aceptar el árbitro de la otra y no deben pertenecer a ninguno de los países involucrados en el tema. Si se diera el caso que el gobierno no hace 'su trabajo', la sociedad civil puede poner una defensa para proteger los intereses del país.

"Amicus Curiae" proveniente del latín y que en español significa "Amigos de la Corte" es el derecho que tiene la sociedad para participar en un conflicto en los tribunales internacionales que están obligados a escuchar y utilizar los aportes hechos a través del "Amicus Curiae", explicó Díaz Espino.

Pérdida de empleos

Uno de los temas que mayor preocupación representa para los trabajadores y proveedores de la mina es que tras el cese de operaciones, quedarán sin empleo.

Se habla de unos 7 mil empleos directos de trabajadores de la mina y otros 35 mil o 40 mi empleos indirectos de proveedores que tenían algún tipo de contrato con la mina. Díaz Espino considera que, sobre los empleos solo se estarían perdiendo los empleos directos porque en el caso de los proveedores, no estarían cerrando operaciones ni despidiendo empleados si pierden a la mina como cliente.

Explica Díaz que, por ejemplo, una empresa de distribución de alimentos, de combustible, flota de vehículos, firmas de abogados, consultores o cualquier otro tipo de servicio que se ofrecía a la mina, solo se está perdiendo a ese cliente específico.

Estos 35 mil trabajos no se van a perder, son 6,500 colaboradores que trabajan en la mina. Eso es menos que el Canal, menos de Copa y menos que algunas cadenas de supermercados grandes", destacó Díaz Espino.