Reiteran que 'la corrupción en Panamá es un flagelo que ha perdurado a lo largo de la historia'
Corrupción en Panamá
La corrupción en Panamá es un flagelo de vieja data, al menos así lo reconoció el presidente de la Alianza Ciudadana Pro Justicia, Carlos Lee, al recordar que, desde tiempos de la gestión de construcción del Canal de Panamá por la compañía francesa.
Lee añadió en el programa Mesa de Periodistas, que esta problemática no es solo de los políticos; pero, dolorosamente la historia ha estado acompañada de signos de presencia de actos de corrupción.
Para Lee es importante que cuando se revise el tema de corrupción, no se pierda de vista que se está peleando con una conducta que es parte integral con la que se ha crecido y que se ha incorporado como “un elemento de canje para lograr conquistar alguna pretensión que tenemos”.
El abogado destacó que el mismo acto de participación política en los ciudadanos, está de tal manera distorsionado, que lo menos que piensa el elector cuando va a las urnas, es en el bien común.
“Si hay que sugerir algún cambio en el sistema electoral, es que este sistema está basado en sustentar el modelo de sociedad en donde haya privilegiados, sectores excluidos de la sociedad y que concentra el poder económico y político en manos de pocas personas y en detrimento de las grandes mayorías”, sostuvo.
El tema de la corrupción es estructural, enfatizó, rebasa los poderes, particularmente el Ejecutivo, Legislativo, que es donde la ciudadanía puede tener más percepción de actos de corrupción y toca también a la estructura judicial y no porque se tenga a jueces que administran justicia corruptos.
Resaltó que la mayoría de los jueces son personas honestas y correctas, pero el mismo sistema está diseñado para que el fenómeno de la impunidad frente a actos de corrupción, no impacte de tal manera que no provoquen cambios en la estructura de la administración de justicia.
Recientemente, dijo Lee, participó en una evaluación de los acuerdos de la 8° Cumbre de las Américas que se realizó en Perú, en donde el tema era sobre gobernabilidad democrática frente a la Corrupción, donde salieron más de 20 acuerdos, que los países participantes se comprometieron a cumplir.
En este sentido, uno de los análisis a los que se llegó del cumplimiento de estos acuerdos, es que en Panamá no hay una entidad responsable en darle el seguimiento a los mismos, porque no existe voluntad política, lo que indica que “el hueso duro de roer es precisamente, la voluntad política que no existe manifiestamente comprometida contra la corrupción”.