Control de precios, 'una medida con buenas intenciones y malas consecuencias'
Panamá/Para el economista Carlos Araúz, el control de precios es una medida con buenas intenciones, pero malas consecuencias, señalando que, en los últimos 40 años, pocas veces se ha vivido una inflación como la que se experimenta y Panamá no puede blindarse ante la realidad porque no tiene numerosos recursos como un banco central, no hay política monetaria ni capacidad de mover intereses hacia arriba.
“Hay que estar claros, el mundo está viviendo una inflación rampante, producto de esa demanda salvaje que se dio posterior a la pandemia”, indicó.
Araúz manifestó que el control de precios genera una serie de distorsiones y anomalías en la cadena de producción que en la cadena de libre mercado que supuestamente se tiene, el Estado tiene el pleno derecho de ejecutar las acciones pertinentes para traer bienestar a sus ciudadanos, entonces con el control de precio la demanda se va a disparar porque los precios estarán más baratos, lo que provocará escasez.
Pero, además, produce un desgano en el sector productivo, que no se verá motivado en ser más eficiente, invertir en tecnología si se le va a pagar a un precio tope.
“El control de precio afecta de manera irracional la demanda, provocando escasez, después de la escasez viene el racionamiento y después la hambruna, esto ya lo hemos visto en muchos países y diferentes tiempos”, expresó.
El economista alegó, además, que estas acciones pudieron implementarse hace seis meses cuando muchos sectores llamaron a acciones en cuanto al costo del combustible, la eliminación del impuesto de importación y control de ciertos alimentos, pero ahora se tiene una situación conflictiva.
No obstante, indica que siempre y cuando las buenas intenciones prevalezcan, se puede llegar a un análisis temporal, la cual debe ser disciplinada, estrictamente verificada porque dentro de seis meses hay que volver a sentarse para revisar las condiciones que se han dado, ya que, debidos al ambiente coas recesivo el precio del barril de petróleo debe bajar, por lo que hay que hilar muy fino.
“El pan para hoy y el hambre para mañana lo estamos viviendo en el día a día cada vez que se incluyen más alimentos o implementos en la canasta básica ampliada”, dijo Araúz señalando que no se está tomando en cuenta la materia prima que ya está comprada.
“Las consecuencias de una política de control de precio no bien administrada puede traer las peores consecuencias a muy medianos plazos”
Resaltó que en economías como la panameña no puede ver efectos inmediatos sino a mediano plazo, señalando que el comportamiento de ciertos panamás como el sector político y empresarial han creado esta situación.
Hizo énfasis en la falta de protección al sector agropecuario en los últimos 20 años, donde se ha entrado en tratado de libre comercio sin entender lo que eso implicaría y sin preparar al sector agro para esto. Mencionó que el Banco Mundial de Desarrollo tienen programas específicos para el sector primario y secundario, pero quizás se prefirió adquirir deuda para complacer botines políticos.
Araúz incluso dijo que a su parecer se irrespetó la cruda realidad de tener a tres Panamá dentro de uno, señalando que las demandas de los tres grupos en la mesa de diálogo son diversas, rescatando la demanda de los pueblos originarios que están pasando hambre.
Indicó que espera que se tenga la capacidad de deshacer los subsidios a medida que la situación mundial vaya mejorando.
Sobre la entrada de otros actores en la mesa de diálogo, expresó que la haría más rica, aunque haya una dilatación, pero a lo mejor dará la oportunidad de atacar las crudas raíces de los problemas, porque aún no se empieza a hablar de corrupción, rendición de cuentas, medio ambiente y gobernanza.
El economista señaló que no hay manera que Panamá cumpla con la responsabilidad fiscal, por lo que lo más seguro es que se recurra a los mercados internacionales con endeudamiento.
Agregó que es importante que en los próximos meses se revise la tasa efectiva de grandes corporaciones y medianas empresas que contribuyen al fisco tienen que ser medidas de manera disciplinada y humana.
Destacó que de no poder contrarrestar el endeudamiento que no es sostenible, y en el momento en que llegue al 80 %, habrá decrecimiento económico y no habrá recursos para pagar deuda, ni para infraestructura y menos para obra social, entonces, el país enfrentará su más crudo momento.
Sobre las medidas que se tomarán para controlar los precios, Araúz explicó que los subsidios se deben pagar directo e inmediatamente a los productores nacionales, mientras que los márgenes de ganancia tienen que ver más con los aranceles, y los topes de precios es para no desmotivar la producción nacional, lo que para él no es descabellado.
“El sacrificio no puede ser de uno, tiene que ser de todos”, exclamó Araúz señalando que es necesario que los otros sectores económicos entren a la mesa.