Lo que se conoce del caso por el cual el sacerdote David Cosca dio declaraciones
La Fiscalía de Homicidio está tratando de identificar a quien pertenece la sangre encontrada en la escena del crimen de Eduardo Calderón el pasado 7 de julio, ya que hay muestras que no le pertenecen ni a la víctima, ni al imputado.
La Fiscalía de Homicidio ordenó a todos los que estuvieron en la habitación practicarse pruebas de ADN y fluidos corporales. Dos de las muestras corresponden a la víctima y al sindicado, pero existen otras dos, cuyo perfil genético se desconoce.
Se le tomaron muestras a David Cosca y a Valentín Calderón; esta última es la persona que encontró en medio de un charco de sangre aún con vida a Eduardo Calderón y quien no estaba hospedado en esa habitación.
Calderón contó cómo encontró el cuerpo. “Yo salgo de la habitación para preguntar dónde quedaba la máquina de hielo cuando por las escaleras veo a un hombre tirado, prácticamente boca abajo, en un charco de sangre”, dijo.
“Me le acerco todavía, cuando lo veo a cierta distancia, veo que es sangre…Hemos visto todos escenas de CSI, y sabes que donde uno ve sangre no se puede acercar”, comentó Calderón.
Indicó que luego fue corriendo a recepción y pidió que llamara al 911, cuyas unidades, según él llegaron e hicieron lo que tenían que hacer. “Eso ha sido todo mi gran delito por tratar de ayudar en su momento a un moribundo”, agregó.
En el expediente está la declaración de David Cosca Restrepo, donde corroboró haber reservado y alquilado la habitación 47A nombre de Hidadi Saavedra. En su declaración, este lunes 10 de septiembre, dijo que conversó y atendió en confesión al imputado en dicha habitación retirándose poco después.
La víctima no falleció en el lugar, por lo que trabajadores del hotel limpiaron la sangre. La abogada de Valentín Calderón, Sarai Blaisdell denunció la contaminación de la escena del crimen. “El señor Juan Cruz y el señor Juan Trujillo, que son los agentes de seguridad del hotel, después de irse el personal del 911, limpian toda la sangre que había en escaleras y habitaciones; aquí hay una contaminación de pruebas”, resaltó.
Blaisdell señaló que el día 27 de agosto se realizó un allanamiento en la casa de su defendido, pues buscaban la llave de la habitación 47.
Tras la muerte de Eduardo Calderón, Criminalística se vio obligada a realizar pruebas de Luminol en la escena del crimen para detectar rastros de sangre, ya que el lugar había sido limpiado y pintado.
Encontraron en las escaleras y pasillos que conducen a las habitaciones 47 y 48 del hotel, fluidos sanguíneos y huellas de calzados.
Blaisdell mencionó que entre las piezas procesales hay la de una muchacha que declaró que no quería tener coito sexual con dos ni tres. “Eso era de todo un poquito”, puntualizó.
La habitación 47 fue alquilada por el David Cosca y la habitación 48 fue alquilada por unas religiosas. En la puerta de la habitación 48 se encontró, según consta en el expediente, rastros de sangre como una mano dibujada. Las investigaciones por este crimen apenas inician.