Comercio digital en Panamá: una industria que la cuarentena empujó, pero de la que no se sabe mucho
La última cifra disponible sobre comercio en internet en Panamá indicaba que se gastaban 300 millones de dólares al año, pero en compras por Amazon.
En el mercado local se estima que se queda apenas una fracción pequeña de ese monto. Tal vez ahora con la cuarentena la balanza esté mejorando, cuando decenas de grandes compañías han tenido que volcarse al internet para vender.
“Hay requisitos que son importantes de cubrir, que dan confianza al consumidor: los términos de uso, las políticas de privacidad, la seguridad de la información”, advirtió el director de Comercio Electrónico del Ministerio de Comercio e Industrias (MICI), Luis Ayala.
En la Autoridad del Consumidor y Defensa de la Competencia (Acodeco) han detectado 47 empresas que se publicitaban por los medios de comunicación y no existían en la base del MICI.
“Antes de comprar hay que verificar que la compañía existe, porque si no, no podrás hacer reclamo”, aseguró Jorge Quintero, administrador de la Acodeco.
El comercio en línea es una tabla de salvación para muchas compañías. Pero los retos son gigantes. Uno de ellos: resolver los problemas de entrega.
“Hay un gran porcentaje de pérdida de clientes a través de esta parte del sistema de logística, porque llega el producto tarde, o el shipping (costo de envío) es muy caro”, retrató el especialista en comercio digital Pablo Morán.
Si fue superado el problema de envío de la compra, la Acodeco advierte a los comercios: “tienen que someterse al tema de la garantía igual que si estuvieran vendiendo en su establecimiento”.
Carina Manfredo es una pequeña comerciante que se vio afectada por el cierre de su refresquería en Juan Díaz. La necesidad la obligó a dedicarse a la venta de dulces por internet. Asombrada quedó por el éxito que ha tenido. “Hemos estado haciendo toda la coordinación por redes sociales, por Whatsapp, ventas por Facebook, Instagram”, cuenta.
Aunque Panamá está en pañales todavía, ella tiene esperanzas en que el comercio electrónico se desarrolle.
“Si el producto es bueno, el servicio es bueno y el comercio electrónico nos facilita las herramientas sé que se puede salir adelante”, agregó Manfredo.
La discusión del comercio en línea de grandes negocios involucra a menudo otro tipo de problemas: cómo recibir los pagos.
Desde el MICI aseguran que trabajan en planes para que haya apertura en los sistemas de cobros para negocios en línea. Es un mecanismo importante para evitar que los pequeños negocios que se mueven por internet se conviertan en buhoneros digitales. Que vendan, cobren y nadie lo sepa.
El problema, advierte Pablo Morán, es que “hay muchas vueltas para que una pequeña empresa o micro pequeña empresa pueda sacar una vía de pago con una entidad bancaria”.
¿Cambiará eso tras el empujonazo que supone el COVID-19?