“Cien cero”: Un reto nada fácil

El sonido de la corneta, que anuncia la llegada del carro cisterna, es esperanzador para los residentes de San Francisco, en Las Garzas de Pacora. Con la corneta llega el alivio para los que sufren por la escasez de agua.

La presencia del camión cisterna es como un gran jefe que logra convocar a toda la comunidad, que lo recibe llevándole tanques de todos los tamaños. No importa si se es hombre o mujer, mucho menos la edad, ni el origen étnico.

Quienes viven permanentemente en crisis por la falta de suministro de agua potable, buscan la manera de solucionar el problema, pero sin la certeza de resolverlo.

Hasta el año 2010, según el último censo, más de 6 mil 500 personas se abastecían en el país con carros cisternas, pero hay quienes ni siquiera tiene acceso a eso. Llenan tanques con agua de lluvia que sirve para fregar.

El agua de lluvia se ha convertido en un remedio común en comunidades como Las Nubes de Arraiján, principalmente por estar en sitios tan altos que hacen que la llegada del agua sea sólo un sueño; un sueño que el presidente Juan Carlos Varela, promete hacer realidad a través del proyecto “Cien cero”: 100% agua, cero letrinas.

Para Danna Harrick, de la Consejo Nacional para el Desarrollo Sostenible (Conades), ninguna promesa es fácil, y llevar agua potable a todas las viviendas no será fácil. Apunta a que el asunto en las zonas urbanas será fácil, pero en las zonas rurales será difícil por lejanía entre casas.

En los últimos años Harrick se ha desempeñado como secretaria ejecutiva del Conades, entidad que actualmente formula y coordina la ejecución de programas dirigidos a la atención del suministro de agua potable.

Harrick señaló que un factor a tomar en cuenta es que meses después de entregado el proyecto la estructura no tiene mantenimiento termina dañándose. Recomienda que la propia comunidad aprenda a darle mantenimiento.

Informes indican que en Panamá, 290 mil personas no tienen acceso al agua potable y 940 mil no reciben el suministro las 24 horas del día. Se piensa que uno de los principales retos es que llegue a zonas apartadas.

Juan José Amado fue director del Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (Idaan), para él será difícil porque técnicamente para enviar agua desde los centros urbanos hasta áreas lejanas se necesita una presión específica, un tipo de turbina, entre otras cosas. Agrega que es más práctico suplir con pozos profundos u ojos de agua, a los que se les puede regular su nivel sanitario.

Juan Antonio Ducruet es otro exdirector del Idaan. Para él si se hace un plan de inversión, y se le da prioridad, se puede cumplir en las áreas urbanas.

Por su parte, el secretario de Metas Carlos Duboy, señaló que hay un compromiso muy fuerte. Asegura que quienes sean designados en este proyecto “tendrán que trabajar 30 horas al día”.

Desde la Secretaría de Metas, Duboy será quien tenga bajo su responsabilidad la ejecución del ambicioso proyecto “Cien cero”, que además de cubrir la demanda de agua potable, busca erradicar más de 300 mil letrinas y reemplazarlas por servicios higiénicos.

Duboy detalló que la primera etapa es un diagnóstico, donde se hará un inventario de la situación actual, y debe identificarse la situación por áreas.

Cero letrinas se vislumbra como un reto mucho mayor para cumplir por parte del nuevo gobierno, considerando que gran parte de las viviendas que no tienen servicio higiénico están en asentamientos informales, habitadas por precaristas, y en áreas de difícil acceso, donde no llegan las redes de alcantarillado y aguas residuales.

Un señor cuenta que se intentó poner una tubería, pero el impedimento de no poder excavar más permitió que la tubería fuera dañada por los autos. El detalle es que gran parte de las viviendas en la comunidad Nuevo Progreso en Torrijos Carter están construidas sobre rocas.

Una residente nos cuenta que muchas casas no tienen baño porque debido a la roca no se puede hacer el hueco.

Caminando un poco más, el equipo de TVN Investiga comprobó que efectivamente el terreno rocoso hace que algunos ni siquiera tengan un servicio de hueco. Algunas personas van a casas vecinas al baño, otros se van a otros extremos, como hacer sus necesidades en cartuchos.

Pero hay quienes con más recursos, construyen sobre el suelo plataformas elevadas, como una especie de tanque séptico rudimentario, que les sirve de letrina.

Según Duboy, para el proyecto de cero letrinas, que costará casi 700 mil dólares, a razón de $2 mil por sanitario, se tienen previstos 3 modelos de solución: Para área rural, afuera de la casa, en que del inodoro va a un tanque séptico y luego al pozo ciego. Para área rural, dentro de la casa, que va del inodoro al tanque séptico y después al pozo ciego. Y para zona urbana, que del inodoro va directo a la planta de tratamiento.

Juan José Amado aadvierte que los tanques sépticos requieren mantenimiento esporádico, pues un camión especializado debe ir a retirar los desechos sólidos. Son soluciones para resolver el problema sin mayor complicación en estas áreas con condiciones especiales., afirmó.

Las normas sanitarias prohíben el uso de tanques sépticos e instan a que se reemplacen por plantas de tratamiento, en una ciudad donde ya colapsó el alcantarillado y ahora se le sometería a más carga.

Rodrigo Noriega, abogado y ambientalista tiene preocupaciones. De donde saldrá el agua para estas poblaciones y que se hará con aguas residuales, si habrá planta de tratamiento o colectoras. “No estamos planificando a futuro, 25 a 50 años”, indicó.

A Ducruet, le preocupa más la sostenibilidad del proyecto “Cien cero”, considerando que hay una gran cantidad de personas que no son clientes del Idaan. “Tiene que haber sostenibilidad de funcionamiento”, advirtió.

Amado considera que ese consumo de agua por usuario que no se puede cobrar, que es $25 millones al año, el Estado debe aceptarlo como servicio social.

Duboy criticó que “no puede ser que se entrega la planta de tratamiento y después de 7 años nadie la administre”.

Parte del plan es que el proyecto “Cien cero” se ejecute entre varias instituciones como el Conades, el Idaan, el Ministerio de Salud y de la Presidencia, entre otros, pero con la Secretaría de Metas como jefe del proyecto. Para esto se requiere de mil 500 millones de dólares y se requerirá de una reingeniería del Idaan, para hacerlo más eficiente.