ACP mantiene constante monitoreo en el embalse Gatún y asegura un equilibrio de especies marinas

El embalse Gatún mantiene una comunidad acuática saludable y diversa, con una población estable de peces de agua dulce. 

Personal del programa monitoreo biológico del canal de Panama a bordo del bote Río Aguardiente II / Cortesía/Canal de Panamá

Ciudad de Panamá/Desde la década de 1930, se ha reseñado sobre la presencia de múltiples especies de peces marinos en el embalse Gatún, aunque a partir de la inauguración del Canal ampliado en 2016, se percibió un aumento en los avistamientos y capturas esporádicas de peces dentro del embalse. Esto es así desde hace más de 70 años, cuando se documentó la presencia de sábalo real, robalos, jurel, macabí, pargos y otros menos conocidos, según los primeros estudios científicos.

Cuando se traspasó el Canal a manos panameñas, la Universidad de Panamá fue contratada en los años 2004 y 2005 para llevar a cabo estudios previos a la ampliación, para monitorear a las especies y cuantificar la cantidad de vida marina presente en este embalse. Por lo tanto, desde 2004 se han continuado con estos estudios, lo cual ha permitido captar data desde antes, durante y después de la ampliación del canal de Panamá.

Estos estudios buscan conocer todas las dinámicas del ecosistema y así establecer una línea base para comparar los cambios derivados de la ampliación, con el objetivo de garantizar la conservación, manejo y uso sostenible de la biodiversidad del embalse.

Según informó la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), a través de su informativo, El Faro, los resultados de los estudios indican que el embalse Gatún mantiene una comunidad acuática saludable y diversa, con una población estable de peces de agua dulce. 

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Explican que, a lo largo de los años, se ha observado la incursión de especies marinas periféricas, aquellas que habitan en los márgenes de su rango geográfico habitual, como jureles, pargos, robalos, mojarras y bagres, entre otras. Estas especies tienen la capacidad de tolerar amplias variaciones en la salinidad, lo que les permite ingresar en cuerpos de agua dulce como el embalse Gatún, sin alterar su naturaleza ni sus ciclos biológicos.

En este embalse interactúan especies nativas y especies introducidas al ecosistema.

La recopilación de los datos ha logrado determinar que en este ecosistema acuático existe un equilibrio en la cadena alimentaria ictiológica, donde los peces se alimentan unos de otros en un ciclo natural: los más pequeños consumen plantas o crustáceos pequeños, mientras que los más grandes se alimentan de otros peces.

Este equilibrio ha mantenido la presencia de diversas especies reportadas durante al menos los últimos 20 a 30 años, como lo demuestran los monitoreos biológicos realizados a la fecha.

A pesar de los manejos particulares que tiene el sistema de embalses del Canal, la capacidad de intercambio hídrico y las variaciones estacionales propias, tiene la capacidad de recuperarse cíclicamente, aun ante condiciones atípicas.

Señala el informe compartido por El Faro, que esto ha sido especialmente evidente en los últimos cinco años, cuando ha enfrentado crisis hídricas en periodos relativamente cortos (2019-2020 y 2023-2024). Tal como lo anticiparon los estudios de calidad de agua previos a la ampliación (Deltares, 2008), existe un equilibrio dinámico en el nivel promedio de salinidad en el embalse.

Esta presencia de peces en el embalse está regulada por factores fisiológicos, ecológicos y ambientales, como la tolerancia a la salinidad, el ciclo de vida, la distribución, los hábitos alimenticios, las modificaciones de hábitats, la disponibilidad de alimento y la competencia por espacio. Por lo tanto, no es correcto considerar que existe una invasión o colonización de especies marinas.

El canal de Panamá aseguró que se continuarán con los estudios y monitoreos, para identificar los umbrales de cambio que son tolerables y la coexistencia de especies, con el objetivo de asegurar que el embalse Gatún continúe siendo un recurso fundamental y equilibrado, donde las necesidades humanas y las del resto del ecosistema se integran de manera sostenible.

Desde la reversión del Canal, se colabora con universidades y centros de investigación independientes, y se ha recolectado información biológica que permita profundizar el entendimiento de las dinámicas ecológicas del embalse.

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