Instalan boya oceanográfica en Isla Coiba para monitorear cambio climático ¿De qué se trata?

Veraguas/La instalación de una boya oceanográfica, equipada con tecnología de vanguardia, en el Parque Nacional Coiba, marcó un nuevo hito para Panamá en los estudios de las ciencias marinas y la protección de la biodiversidad.

Este objeto, capaz de medir hasta 20 variables ambientales, se logró instalar a través de la Estación Científica Coiba AIP.

Algunos de los datos que generará serán sobre la temperatura, salinidad, concentración de oxígeno, pH, clorofila A y velocidad del sonido. La principal función de esta boya oceanográfica es recopilar datos para analizar en tiempo real las interacciones entre el océano y la atmósfera, identificar patrones espaciales y temporales, y monitorear fenómenos asociados al cambio climático y procesos oceanográficos.

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Edgardo Díaz Ferguson, director ejecutivo de Coiba AIP, se refirió al gran impacto internacional que tiene esta iniciativa que convierte a Panamá en el primer país del Pacífico insular centroamericano en instalar una boya oceanográfica en las aguas del Parque Nacional Coiba.

“Panamá se posiciona como líder regional en el estudio de las ciencias marinas. Este avance fortalece nuestras capacidades locales y permite la toma de decisiones basadas en evidencia científica, esenciales para enfrentar los desafíos del decenio de las ciencias oceánicas establecido por la UNESCO (2021-2030).”, precisó el doctor Ferguson.

La información recopilada por la boya complementará los datos recopilados por la estación meteorológica que monitorea variables como temperatura, humedad, radiación solar, viento, presión y precipitación.

Con una base de datos más amplia, se podrá tener una visión integral de los ecosistemas del Parque Nacional Coiba y su zona especial de protección marina, así como de áreas conexas como el corredor marino del Pacífico Este Tropical, que abarca islas de Costa Rica, Colombia y Ecuador.

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El mecanismo cuenta con dos sondas multiparamétricas de la marca NKE, modelo WiMo Plus, diseñadas para medir hasta 20 parámetros de profundidad.

La ubicación estratégica de estas sondas, una en la superficie y otra a profundidad, permite realizar comparaciones entre diferentes niveles de la columna de agua, conocer las interacciones océano-atmósfera y relacionar oscilaciones en parámetros físicos, químicos y biológicos como la clorofila con cambios en la estructura de la comunidad y su diversidad temporal.

Además, también tiene integrado un “correntómetro” modelo Aquadopp, el cual proporciona datos precisos sobre velocidad y dirección de la corriente.

Todos los datos captados podrán ser transmitidos en tiempo real mediante una señal UHF de Radio a una estación en tierra. Desde allí, la información se envía a un servidor por internet, haciendo posible su acceso desde cualquier parte del mundo.

Desde la Estación Científica Coiba AIP aseguran que este avance no solo se convierte en un logro tecnológico, sino también se considera un paso clave para la conservación de la biodiversidad y la adaptación a los efectos del cambio climático.

La información generada será fundamental para la implementación de políticas públicas orientadas a la sostenibilidad, la prevención de desastres y la protección de ecosistemas marinos y terrestres.

“Los datos recopilados, además de caracterizar masas de agua por velocidad, características, permite ver su relación con datos atmosféricos y establecer patrones espaciales y temporales de variables física, químicas y ambientales que nos permitan monitorear la emergencia climática existente y determinar datos extremos o indicadores de procesos oceanográficos utilizando como zona modelo el Parque Nacional Coiba”, indicó la Estación Científica Coiba AIP mediante un comunicado al que tuvo acceso este medio.

De acuerdo con la institución, el Plan Estratégico de la Estación Científica Coiba AIP financiada por Senacyt (Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación) desde 2019, ha priorizado el monitoreo de biodiversidad marina, incluyendo especies clave como el zooplancton, corales, moluscos y peces, además de ecosistemas críticos como manglares y algas calcáreas.