'Anarquía' en el transporte público: usuarios siguen siendo víctimas del sistema

La muerte de Domingo Rodríguez, el hombre que fue golpeado brutalmente por un ayudante de un bus de la ruta Burunga, ha encendido las alarmas y los cuestionamientos, sobre quién les pone orden a algunos de los miembros del transporte público, que hacen lo que desean con los usuarios.

Para Toribio Díaz, del Movimiento de Víctimas de la Violencia Vial, es “lamentable” que un usuario, por exigir un derecho, muera en manos de quienes prestan el servicio de transporte en esta área, resaltando que este hecho deja en evidencia la falta de fiscalización de parte de las Autoridad del Tránsito y Transporte Terrestre (ATTT), sobre todo en horas de la noche y madrugada cuando cobran lo que quieren.

La imposibilidad de los usuarios de poder denunciar estas malas prácticas y la falta de certeza de castigo los deja a su suerte y no se puede dar ejemplo en lo que compete a la materia de seguridad vial.

“Hay que ir pensando en el concepto de movilidad urbana sostenible que contempla todo este tipo de acciones, entre paradas, avenidas, calles en buen estado, estaciones de transporte adecuadas con todo lo que estas recomendaciones internacionales emiten para que se dé la movilidad urbana segura”, manifestó Díaz.

Sostuvo que este es un problema de vieja data, pues, cuando se cambia el sistema de los diablos rojos a Metrobús era para cambiar la cultura de las regatas, pero esto se sigue dando en Panamá Oeste y Panamá Este.

Sin embargo, ni la ATTT, ni la Alcaldías, ni Juntas Comunales han hecho algo para mejorar el servicio de transporte público, porque hay lugares donde ni siquiera hay paradas para que las personas puedan aguardar de la forma correcta por un autobús, calificando la situación de “anarquía”.

Díaz aseguró que la ATTT tiene un espacio que aglutina organizaciones de la sociedad civil y organizaciones con instituciones gubernamentales, pero si el Gobierno no activa los mecanismos de consulta sobre estas situaciones, nunca se va a resolver el problema.

Agregó que es necesario que el Gobierno y la sociedad civil se sienten a conversar sobre el tema.