Los tienen amenazados | Residentes en San Pedro siguen presos de la tortura acústica
La tortura acústica al que son sometidos los residentes de San Pedro y barriadas colindantes parece ser un tema de nunca acabar, toda vez que los locales comerciales han hecho caso omiso a las advertencias de las autoridades tras las reiteradas denuncias por el ruido excesivo que hacen hasta altas horas de la noche, afectando la salud física y emocional de las familias que viven alrededor.
Desde el año pasado, los residentes han denunciado la inconsciencia de los dueños de estos locales comerciales que irresponsablemente y hasta con alevosía reproducen música a alto volumen sin importarles la salud de las personas que han vivido en el lugar desde hace mucho tiempo y que ahora sufren por la contaminación acústica a los que son sometidos.
El problema es que además del ruido, ahora también se enfrentan a las violentas amenazas por parte de los propietarios de algunos de estos negocios que han intentado intimidarlos para que dejen de alzar su voz. Tal es el miedo, que esta vez, han preferido realizar la denuncia en anonimato, pues temen represalias.
"Aparentemente no hay quien le ponga el cascabel al gato, posiblemente hay un político detrás de todo esto y ahora con las elecciones que vienen, entonces ellos están haciendo mofa de esto y se burlan de nosotros, porque no vemos que haya una acción real ni de la alcaldía ni de salud", señaló uno de los afectados.
A pesar que los moradores se han reunido varias veces con la Policía y las autoridades locales para ponerle un alto a la problemática, aseguran que nada ha cambiado y que, al contrario, todo ha empeorado. Indicaron que hace pocas semanas, las autoridades colocaron un aviso de suspensión por la contaminación acústica, sin embargo, esta amonestación habría sido violada por los propietarios de estos locales comerciales por que los eventos continúan realizándose hasta altas horas de la noche y con volumen excesivo.
¿Cuál es el límite permitido?
En Panamá el volumen máximo permitido en áreas comerciales y residenciales es de 60 decibeles hasta las 9:50 de la noche. Esto equivale a una conversación entre dos personas, pero los residentes denuncian que muchas veces esa intensidad de volumen se duplica convirtiéndose en una situación peligrosa para su salud y que no les permite ni siquiera conciliar el sueño.