Estudio revela cómo los adolescentes panameños aprenden a tener sexo
La mayoría de los jóvenes (incluso, el 75%, dice el doctor Juan Pascale, subdirector del Instituto Gorgas) tiene relaciones sexuales antes de los 16 años. Y a esa edad, al menos el 60% de los que ya se iniciaron han tenido dos o más parejas.
Los datos fueron recabados en 2016 en escuelas de Panamá y San Miguelito, y han sido contados por Pascale este miércoles, durante un foro sobre educación sexual y reproductiva organizado por el Global Men’s Health Foundation.
Pero el problema de fondo, deja ver, no es que los adolescentes hayan tenido sexo. Sino cómo aprendieron de ello.
El mismo informe, presentado ante decenas de expertos, plantea que el 49.2% de los adolescentes se informó sobre relaciones sexuales a través de amigos o por cuenta propia.
Otro 33% de los jóvenes aprende sobre sexo en las escuelas o la casa.
“Los jóvenes aprenden haciendo, y ese es el método empírico y no teórico. Hay un serio problema sobre lo que deben aprender de VIH y las enfermedades de transmisión sexual”, agregó Pascale.
En números la historia es esta: 72% de los jóvenes con vida sexual activa estaba teniendo relaciones con “uso infrecuente” de preservativos.
Eso ha repercutido en la salud de la población menor de 19 años. Pascale dijo que el estudio arrojó que 27% de los jóvenes participantes tuvo algún tipo de infección sexual.
“Las mujeres tuvieron tres veces más casos de infecciones que los hombres… las muchachas jóvenes tienen sexo sin conocimiento, sin prevención y lo aprenden haciéndolo. No es que tenemos muchachas enfermas sino susceptibles por desconocimiento. Y somos cómplices”, insistió.
La enfermedad más usual (21% de los casos), es la clamidia, afecta más a las adolescentes, explicó el segundo al mando del Instituto Gorgas. Aunque el VIH fue más recurrente en adolescentes hombres que tuvieron sexo con otros hombres.
“Tenemos que ser una sociedad más inteligente”, planteó, por su lado, la ginecóloga Rosa María Britton: “si los jóvenes van a hacer algo, que sepan cómo hacerlo. Que no se embaracen antes de tiempo. Lo peor que puede pasar después de una enfermedad es un embarazo no deseado”, agregó, defendiendo la idea de que se institucionalice la educación sexual en el país.
Britton, crítica de los grupos que se oponen a la educación sexual y reproductiva, aseguró que un embarazo juvenil condena a la pobreza a la madre y a sus hijos y contribuye a engrosar la población que ni estudia ni trabaja.