‘Hay una mano peluda en la Corte Suprema de Justicia’: Alvin Weeden
El excontralor de la República de Panamá, Alvin Weeden, aseguró que dentro de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), hay una mano peluda tratando de manipular lo que sucede con el caso Odebrecht.
Weeden desde el año 2015, estuvo muy pendiente del caso Odebrecht y veía con mucha preocupación que Panamá no daba señales en la asistencia que había pedido Brasil, pese a las publicaciones de los medios por los actos de corrupción de esta empresa.
Esto lo llevó a reunir toda la información de los periódicos y realizar otras investigaciones, para luego presentar la denuncia ante el Ministerio Público para que no hubiera excusa de investigar.
Esta denuncia incluía cuentas bancarias, montos y personas que habían traído dinero de la empresa Odebrecht al país, relató.
Ahora bien, a juicio del excontralor, las fallas han venido del Órgano Judicial, porque ha impedido las investigaciones.
Hay una mano peluda en la Corte Suprema de Justicia, y Ayú Prado sabe lo que está pasando y tiene la fuerza y la influencia para saber todas estas cosas”, aseveró.
Según Weeden, el presidente de la CSJ, José Ayú Prado “se está extralimitando de sus funciones porque hay una serie de hechos que se están dando de manera inexplicable”.
“No sé qué tiene la mano peluda planeado para hoy, algo se sacan de la manga”, expresó con preocupación ante la audiencia de homologación de colaboración eficaz del caso Odebrecht que se desarrolla este jueves 9 de noviembre.
Weeden, no descartó que algunos nombres de nuevos implicados salgan a relucir durante la audiencia.
“La homologación no es más, que el acto de ratificación de lo que se declara en el expediente, de allí va a salir narraciones y puede pasar que en los testimonios a parte de los nombres que ya conocemos, se revelen otros”, alegó.
Al excontralor le preocupa, que “no se han establecido las auditorias para conocer los sobreprecios que superan el 15% de las obras, y eso le correspondía a la Contraloría, porque las sumas reconocidas son ridículas”.
Finalmente Weeden considera que la opinión pública es la única que le puede decir a la Corte que está actuando inadecuadamente.
